HOY, JUEVES
Babel y otros sobresaltos

El que suele ser callado es porque alguna vez disfrutó de ciertos silencios. El propio, ante todo.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailNo hablar ni hablarse es tratar de encontrar la punta de ese ovillo que se nos pierde de tanto en tanto y que como a Teseo nos permite salir del laberinto luego de matar algunos monstruos.
Yo conocí esos silencios. Los asocio con las tardecitas de verano, en mi patio de infancia, cuando la sombra del paredón lo cubría todo y por un tiempo -quizás una hora o más- conservaba todavía el calor del día.