Contradicciones
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Cada vez que encaro para el lado de los tomates y me tiento con mezclar el fútbol con otros aspectos de la vida, lo intento fundamentar citando a Albert Camus: "Tras muchos años en los que el mundo me ha brindado innumerables espectáculos, lo que finalmente sé con mayor certeza respecto a la moral y a las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol".
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPues no. No me da el piné para contradecir al enorme argelino, pero sí para vislumbrar que la moral, las obligaciones y los hombres de la actualidad no son los mismos a los de aquella época. Y el fútbol mucho menos.
Quizás puedo reconocer que muy en el fondo, allá en su esencia de juego, algo de eso puede haber. Pero contundentemente hoy el fútbol –el que vemos en la tele, el de las grandes ligas- ya nada tiene que ver con la vida que transcurre fuera de los estadios, los hoteles y las mansiones que habitan las megaestrellas que tienen el talento de pegarle bien a la pelota. Allá ellos y sus burbujas (salvo contadas excepciones).
