Cosmogonías

No sé si a todo el mundo le pasará lo mismo o solo les ha ocurrido a los de mi generación. Yo puedo dar fe de que en la década del sesenta, el mundo de los adultos era inarmónico. Y siendo absolutamente sincero, diré que los inarmónicos eran los adultos. El mundo no sé.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSalvo mi mamá, mi papá y mi hermana –así estaba constituida mi familia nuclear-, el resto de la gente tenía algo que me llamaba poderosamente la atención. Para mal, claro.
Por supuesto que mi mamá y mi papá tendrían sus cosas (de hecho las tenían y lo comprobé en la década siguiente). Pero mi mundo estaba construido en base a ellos: las personas debían ser así, con los ojos de mi padre, el peinado de mi madre, sus narices, su manera de caminar, el tono de sus voces.