HOY, MIÉRCOLES
El sonido condenado

Para mí, el tío Reynaldo era millonario. Poco y nada se necesitaba en la numerosa familia de mi madre para alcanzar la categoría de rico. O siquiera, desahogado económicamente.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailHabía albañiles, buscavidas, mucamas, una enfermera, empleados de comercio y desocupados. Clase trabajadora, podría decirse.
En ese contexto de mis seis o siete años, Reynaldo era más que rico: millonario.