Escenas en la puerta de casa

Me siento frente a la computadora con una certeza que parece nueva pero que conozco; es hermana de otras tantas que han nacido más o menos a esta hora de otros días. Es la certeza de saber que la columna que debo escribir hoy no saldrá de un tirón.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAl cabo del día no he podido hacer foco en nada. Ni en las cosas que pasan en el país ni en las mías propias ni en las ajenas. La abundancia a veces es tan parecida a la ausencia que en ocasiones como esta resulta fatigoso discernir entre una y otra.
Así las cosas, me anticipo a una sensación que me va a asaltar dentro de un rato. Como quien espera que de un momento a otro el ladrón entre por la ventana y decide esperarlo en la puerta para entregarle la billetera, el celular y dos o tres chucherías de dudoso valor. Todo un capital.