Expuestos a la risa

Me pasa a veces cuando ando con un humor de perros de encontrarme con alguien que está no digo feliz o quizás ni siquiera contento sino simplemente sonriendo: si eso me hace alunar todavía más, quiere decir que además de malhumorado estoy siendo mal tipo. No digo que lo sea, pero en ese momento lo estoy siendo. La diferencia es algo así como un beneficio con el que pretendo redimirme.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailVer a un tipo enojado no es algo lindo. Ahora, verlo –y sobre todo padecerlo-, malo es inaceptable. Sobre todo cuando ese enojo que deriva en ruindad se acentúa con la risa ajena.
Lo digo con conocimiento de causa. En la actualidad, cuando las rabietas forman parte de mi paisaje emocional casi cotidiano. Y antes, cuando estaba del otro lado del mostrador; cuando siendo niño, adolescente y hasta joven, me reía por cualquier estupidez.