La misma piedra

Y ayer me volvió a pasar eso de tropezar de nuevo con la misma piedra. Fue justo en la esquina de casa. No es una piedra en el concepto estricto de la palabra; más bien un pedazo de asfalto que emergió como una placa tectónica que se apoya sobre otra. Y quedó así, como una incitación al tropiezo. La otra vez iba doblando y le pegué semejante zapatazo que casi me voy de hocico a la cuneta. Y ayer, lo mismo.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email-El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra-, me dije mientras trataba de respirar hondo para calmar el dolor en el dedo gordo del pie.
Y fue en ese momento que de la literalidad del asunto pasé a lo metafórico. Porque recordé que hará cuestión de dos o tres meses, estaba saliendo de casa al momento en que una densa niebla comenzaba a caer sobre el barrio y ocurrió una desgracia.