HOY, MARTES
Maravillados

Que mi amigo El Gordo haya pasado por la vereda del bar justo en el momento en que yo terminaba de leer esa noticia, parecía una señal de la vida; una chance de ir saldando viejas deudas, pequeñas, casi insignificantes, pero si salían a luz tantos años después es porque tenían aún cierto valor.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailTomé coraje, salí y lo llamé.
Cinco minutos más tarde lo tenía frente a mí, y entre ambos una taza de café con leche con dos medialunas y media. La otra mitad, estaba dentro de su boca, lo que no le impidió hablar: