Meteoro

Me pasó por andar con saldo negativo en la SUMO: tuve que dejar el auto a ocho cuadras de donde tenía que ir. Esto ocurrió ayer casi al mediodía, con un calentamiento global con epicentro en la Plaza Independencia.

No había hecho una cuadra cuando ya me había convertido en una bola incandescente; un asteroide recién ingresado a la órbita terrestre, que se prendió fuego al tomar contacto con la atmósfera. Un cometa, era. Pero lento. Penoso. 

¿Qué fue de aquellos viejos toldos de los comercios? Hace algunas décadas, uno caminaba por el centro a resguardo de los rayos del sol, gracias a esos enormes toldos que llegaban casi hasta el cordón de la vereda y que el primer empleado que llegaba se encargaba de desenrollar a primera hora de la mañana y a la tardecita procedía a enrollarlo nuevamente. Si la disyuntiva es Cielo Abierto o todos, no tengo dudas: que vuelvan los toldos.