Observancias

Me pasa a veces, cuando camino muy cerca de la pared. Cuando paso por una ventana con postigos cerrados y mirillas abiertas. Me pasa de intuir una presencia del otro lado, una mirada, una respiración contenida.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailMás que una percepción tal vez sean recuerdos que intentan corporizarse; imágenes que me llegan del barrio de la infancia. Porque en mi barrio y en mi infancia todavía se practicaba el oficio espiar. Como las muchachas de “Pueblo Blanco”, de Serrat, que buscaban ocultas tras los visillos. Algo así, pero con menos romanticismo.
En mi cuadra había dos vecinas que se dedicaban al rubro. Una de ellas, de carácter afable, siempre atenta y de buenos modales. Debió tener por aquel tiempo no muchos más años de cuarenta, a pesar de que su rostro y mi insolencia se empecinaban en hacerla vieja.