Perturbaciones

Terminó de cerrar la puerta de la casa y se le cayó la llave al piso. Recién en ese momento se percató del asunto.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSonrió. De inmediato borró su sonrisa, intentó pensar pero no pudo, respiró hondo y volvió a abrir la puerta. Sin prender la luz se sentó en su sillón favorito y lo primero que hizo, obviamente, fue descalzarse. También se sacó las medias, para sentir el frío del piso trepándole por las piernas. Tal vez eso podía ayudarlo a pensar. O a salirse de ese momento de mínima pero amenazante perturbación.
Resultó en parte: sacó el celular del bolsillo y lo apagó. Sabía que en no mucho más de veinte minutos lo iban a llamar del trabajo para preguntarle si le había pasado algo. No quería dar ninguna excusa. No la tenía, tampoco.