Plan b

No lo supe siempre, pero sí desde hace bastante tiempo: conviene andar por la vida con un plan B. Por ejemplo, estudiar dos carreras. De manera que cuando uno se cansa de hacer balances, liquidar impuestos, acogerse a moratorias ajenas, cierra la puerta de la oficina y abre la del consultorio, donde se pone a extraer muelas, hacer tratamientos de conducto y zampar prótesis a los prójimos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailTambién en materia residencial hay que tener una alternativa: saliste a cenar y como te juraste que no ibas a tomar, fuiste en auto porque era en la otra punta de la ciudad. En la cena pasaron cosas y si te para el control de alcoholemia les derretís el cosito de soplar. E entonces vas a dormir a tu otra vivienda, que queda cerca.
Te preparaste toda la vida para ser 9 de área. Alto, más bien pesado, le pegás fuerte con las dos, cabeceás con los ojos abiertos. Cuatro campeonatos seguidos jugando de titular y una vez pegaste un tiro en el palo, pero estabas en offside. Lo agarrás al técnico y le decís: