Preguntas

No leí el último libro de Luciano Lamberti, “Para hechizar a un cazador”, pero sí los dos anteriores, de manera que no quise perderme su charla del sábado en la Feria del Libro. No sé si me voy a animar a leer el libro que vino a presentar; con “La masacre de Kruger” anduve transitando la difusa frontera entre el miedo que puedo manejar y el que no. Con “Para hechizar…”, por lo que oí en boca de su propio autor, creo que me voy a asustar demasiado.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa charla estuvo por demás entretenida y la seguí palmo a palmo. No obstante, en una distracción miré hacia atrás del salón y vi que en el fondo, junto a una puerta estaba mi amigo El Fantasma. Parado contra la pared blanca, si no hubiera sido por su característico traje marrón de solapas anchas, no solo no lo hubiera reconocido sino que difícilmente hubiera podido verlo. Su palidez es llamativa; en todas las otras ocasiones me lo encontré de noche y tal vez por eso no había reparado en semejante detalle. Su blancura es casi la trasparencia.
Desde el fondo me saludó y por un momento temí que viniera a sentarse junto a mí, ya que había una silla vacía. Temí en el sentido de la posibilidad de que se me pusiera a hablar y no de susto propiamente dicho: ese fantasma ya no me asusta.