Qué ves…

Veo en el IG de El Eco la foto del Papa Francisco bailando con Fidel Castro –realizada por Rodrigo Velázquez con Inteligencia Artificial-. Tal vez por ser la segunda vez que la veo ya no me causa la gracia ni el asombro de la primera. Y todo me hace suponer que cualquier “foto imposible” que mire de ahora en más no me va a provocar impacto alguno. Es decir, conmigo lo lograron si ese fue el objetivo: no solo no creer en nada, sino también no asombrarme con nada.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailA diferencia de las noticias falsas –aunque queda más piola decirles fakes-, que buscan hacernos creer lo que no pasó, otras modernidades nos llevan a dudar de todo. Es decir, a no creer en nada.
Y no sé qué es más peligroso: si una sociedad que se cree todo o una sociedad que ya no cree en nada. O un escalón más arriba en preocupación: una sociedad que necesita cada vez mayores –e imposibles- estímulos para asombrarse. O cuyos asombros estén digitados con antelación.