Talentos

Por supuesto que sigo consumiendo todo lo que esté relacionado con el Mundial. Supongo que en algún momento el fervor irá menguando y volveré a la normalidad. Por lo pronto, no me siento ni culpable ni mucho menos: fueron 36 años esperando este momento. Que no es, precisamente, un momento.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailHace un par de días leí la noticia del noble gesto de Leandro Paredes de ir a comer a la cantina del club del barrio y reencontrarse con su mentor Ramón Madonni, quien lo descubrió cuando tenía 8 años y le propuso a su padre ir a probarlo a Boca.
Me emocioné, obviamente. No solo porque Paredes se hizo en el club de mis amores sino porque estos gestos de gratitud y sencillez me vienen a contradecir lo que más de una vez he dicho en un arranque de ideologismo de pacotilla: “estos pibes viven en una burbuja y se olvidan de dónde salieron”.