Tareas pendientes

Acabo de usar el limpiador cremoso (el Cif, bah) recién comprado y volví a hacerme la misma promesa que me hago cada vez que estreno uno: “esta vez lo voy a cuidar”.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email“Cuidarlo” es mantener limpios la tapa y el orificio por donde sale el producto. Al cabo de un par de días me olvido de la promesa y al cabo de un par de semanas, la parte superior del envase comienza a acumular capas de sedimento que se solidifican y ya no solo no resulta fácil limpiarlo sino que en un momento obstruyen la salida. Esta circunstancia sucede en el peor de los momentos: cuando tengo las manos mojadas, engrasadas, con detergente y no encuentro nada para destaparlo.
Así las cosas, cada vez que voy a limpiar los platos o la cocina veo el Cif y es como si estuviera viendo mi propio fracaso, mi falta de palabra, mi tendencia a incumplir las promesas. Mi abandono.