HOY, SÁBADO
Traspapeleos

Lo bueno que tienen los paraísos perdidos es que si bien nunca fueron nuestros los hicimos propios al habitarlos. Es decir, los reconoceríamos incluso hoy de lejos. Allá lejos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailY eso es bueno. Porque puede darse el caso de que reaparezcan. Sin que unos los busque, de buenas a primeras, un día o un instante, los vemos venir. Se hacen presentes. Y hay una fiesta dentro de uno que es como si nos salieran luces. Y música. Y perfumes.
Estamos hablando de pequeños paraísos; como encontrarse un billete de 500 o mil pesos en un saco. Meter la mano en el bolsillo y sentir la inconfundible textura del papel.