Ana Corina Sosa recibió el Nobel en nombre de su madre y confirmó su llegada a Noruega
La hija de la líder opositora recibió el premio entre una ovación, mientras el Instituto Nobel confirmó que Machado logró llegar a Oslo pese al “extremo peligro”.
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/12/corina_sosa.avif)
La ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025 tuvo un momento de enorme carga emotiva cuando el presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, pronunció las palabras que dieron inicio a una ovación prolongada: “Ahora pido a la señora Ana Corina Sosa Machado, hija del Premio Nobel de la Paz 2025, que se presente para recibir el diploma y la medalla de oro en nombre de su madre, la señora María Corina Machado”.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl público reaccionó de inmediato con un aplauso que se extendió durante varios segundos, en reconocimiento a la líder opositora venezolana que, pese a vivir en paradero desconocido en su país, logró llegar a la capital noruega. El Instituto Nobel confirmó que Machado estaría en Oslo, luego de haber comunicado horas antes su ausencia de la ceremonia y la cancelación de su conferencia de prensa. Según la institución, la dirigente hizo “todo lo que está en su poder para venir”, en un viaje realizado en condiciones de “extremo peligro”.
Un premio recibido en medio de riesgos y con un mensaje político contundente
Ana Corina Sosa, quien recogió el galardón en nombre de su madre, anunció que en “unas horas” podrá abrazarla en Oslo y que la intención de la opositora es regresar “muy pronto” a Venezuela. “Debo decir que mi madre nunca rompe una promesa. Y por eso, con toda la alegría de mi corazón, puedo decirles que en solo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo después de 16 meses”, expresó, sentada en la silla destinada a Machado y con una foto de la líder venezolana como telón de fondo.
Machado dedicó el premio al pueblo venezolano, a los “héroes” que luchan por la “libertad” y a los líderes internacionales “que nos acompañaron y defendieron nuestra causa”. En su discurso, rindió homenaje a presos políticos, perseguidos y defensores de derechos humanos, así como a los “millones de venezolanos anónimos” que han arriesgado todo en busca de un cambio.
Críticas al régimen y un repaso histórico
En una intervención cargada de referencias al deterioro institucional de su país, Machado recordó que Venezuela fue “la democracia más estable de América Latina” antes de ser “desmantelada” desde 1999 por el “régimen”. Aunque evitó mencionar explícitamente a Hugo Chávez o a Nicolás Maduro, acusó al poder político de falsificar la historia, corromper a las Fuerzas Armadas, manipular elecciones y perseguir a la disidencia.
Habló también de un “saqueo histórico”, del uso del dinero del petróleo para “comprar lealtades” en el exterior y de la fusión del Estado con el crimen organizado y grupos terroristas internacionales.
La dirigente describió la migración venezolana como una “herida abierta” y denunció las estrategias del régimen para “quebrar por dentro” a la oposición: “Quisieron que los venezolanos desconfiáramos unos de otros, que nos calláramos, que nos viéramos como enemigos. Nos asfixiaron, nos encarcelaron, nos mataron, nos empujaron al exilio”.
Una transición en marcha y un mensaje de esperanza
Machado aseguró que los 16 meses que ha pasado en la clandestinidad le permitieron ayudar a construir nuevas redes de presión cívica y avanzar hacia “una transición ordenada hacia la democracia”. Afirmó que millones de venezolanos “ya sienten cercana su libertad”.
Con un mensaje final de esperanza, prometió que “Venezuela volverá a respirar”. Y concluyó: “Abriremos las puertas de las cárceles y veremos salir el sol a miles de inocentes que fueron encarcelados injustamente, abrazados al fin por quienes nunca dejaron de luchar por ellos”.