Bolsonaro culpó a sus rivales y a la cuarentena por la inflación
El presidente de Brasil también ha recibido críticas a su modelo económico por parte del sector financiero, uno de los pilares de su gestión.

Jair Bolsonaro atribuyó el alza de la inflación y el descontrol de precios de la canasta básica de alimentos, de la garrafa de gas y de los combustibles a los impuestos regionales que cobran los gobernadores y a las cuarentenas adoptadas para combatir la pandemia.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email“Todo esto es consecuencia de quedarse adentro de casa por la pandemia, no es mi culpa, yo me opuse a eso”, dijo Bolsonaro a radio Farol, de Alagoas.
Lo hizo al desentenderse del peor momento económico de su gobierno, con un índice de desempleo del 14,7 por ciento, que incluye aumento de la tasa de interés, dólar por encima de los cinco reales y un precio récord del litro de nafta, que llegó a los 7,20 reales (132 pesos) incluso en estados petroleros por excelencia, como Río de Janeiro.
Además, la canasta básica de alimentos mensual ya equivale a un salario mínimo, 1.100 reales (20.412 pesos o 209 dólares) según la estadística del Departamento de Estadística Intersindical (Diesse) y de la fundación de defensa del consumidor, Procon.
En los últimos 12 meses, el aumento de la canasta básica de alimentos fue del 22 por ciento, el 14,2 de la energía eléctrica y 83 por ciento el alza del aceite de soja.
Al mismo tiempo, el ministro de Economía, Paulo Guedes, reconoció que está dentro de lo esperado que Brasil duplique el índice de inflación para 2021, algo que atribuyó a la “anticipación de la campaña electoral” de 2022, intentando vincular la disparada del precio de los alimentos al favoritismo en las encuestas del opositor expresidente Luiz Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT).
La inflación acumulada en 12 meses es del nueve por ciento mientras que el centro de la meta del sistema del Banco Central brasileño desde la inclusión del Plan Real en 1994 es de 3,75 por ciento, con una tolerancia hasta el 5,25 por ciento. (Télam)