Científicos revivieron al lobo terrible, una especie extinta que vivió en América del Norte hace 13 mil años
A través de un meticuloso proceso de edición genética, Colossal Biosciences ha logrado crear tres ejemplares de lobo gigante, que fueron desarrollados a partir de ADN extraído de fósiles antiguos y mediante la manipulación genética de lobos grises modernos.

En un avance científico sorprendente, la empresa Colossal Biosciences ha logrado lo que muchos científicos solo habían soñado: revivir una especie extinta. En este caso, el lobo terrible, también conocido como "lobo huargo", que vivió en América del Norte hasta hace aproximadamente 13.000 años, ha vuelto a la vida, o al menos, una versión de él.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailA través de un meticuloso proceso de edición genética, Colossal Biosciences ha logrado crear tres ejemplares de lobo terrible, que fueron desarrollados a partir de ADN extraído de fósiles antiguos y mediante la manipulación genética de lobos grises modernos. El resultado es un hito en el campo de la desextinción: tres cachorros, Rómulo, Remo y Khaleesi, que presentan rasgos distintivos de los lobos huargos, como un tamaño mayor y un pelaje denso y pálido, que los distingue de los lobos grises actuales.
El proceso comenzó en 2021, cuando un equipo de científicos logró recuperar ADN de fósiles de lobos terribles, lo que permitió a los investigadores de Colossal Biosciences comenzar a trabajar en la edición genética de lobos grises para dotarlos de características de sus ancestros extintos. Para esto, se seleccionaron 20 genes clave del lobo huargo y se introdujeron en el ADN de los lobos grises, dando como resultado los tres lobos gigantes nacidos en cautiverio.
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Este avance, aunque emocionante, también ha despertado cuestionamientos. Si bien Rómulo, Remo y Khaleesi comparten características físicas con los lobos huargos, no se consideran clones exactos de la especie extinta. La tecnología utilizada en este caso no ha logrado una recreación perfecta, sino una versión modificada que solo retiene algunos de los rasgos genéticos esenciales. Además, estos animales viven en cautiverio, lo que impide que se comporten de la manera en que lo hacían los lobos huargos en su entorno natural.
En cuanto al futuro, la desextinción de especies plantea importantes interrogantes sobre el impacto ambiental y las implicancias éticas. Si bien la tecnología ha logrado revivir al lobo terrible, algunos científicos, como Adam Boyko de la Universidad de Cornell, señalan que este tipo de avances no debería ser visto como una solución definitiva a los problemas ambientales actuales. "Es emocionante ver cómo se reviven características funcionales de especies extintas, pero todavía estamos lejos de comprender completamente los efectos que estos animales podrían tener en su entorno", afirmó Boyko.
Sin embargo, la tecnología utilizada por Colossal también ha mostrado su potencial para ayudar en la conservación de especies en peligro de extinción. La empresa ha utilizado métodos similares para intentar preservar el lobo rojo, una especie en peligro crítico de extinción en América del Norte. En este contexto, el éxito con los lobos gigantes podría ser solo el principio de un esfuerzo mayor por revitalizar especies que enfrentan una extinción inminente.
Mientras tanto, la colaboración de Colossal con comunidades indígenas de Estados Unidos, como la Nación MHA de Dakota del Norte, ha sido clave para dar un enfoque respetuoso y considerado al proyecto. El presidente tribal Mark Fox expresó que la presencia de estos animales podría recordar a las futuras generaciones la responsabilidad de ser guardianes del planeta.
Aunque la desextinción de especies extintas como el lobo terrible es un logro técnico impresionante, los científicos advierten que el verdadero desafío radica en resolver las amenazas actuales que enfrentan las especies vivas, como los lobos grises, que siguen siendo objeto de amenazas por la caza y la pérdida de hábitat. El proyecto de Colossal, entonces, no debe desviar la atención de la conservación de las especies en peligro, sino que debe ser parte de un esfuerzo más amplio para proteger la biodiversidad global.