ANALISIS
El congreso peruano avanza con una reforma política cuestionada
La reforma afecta su propia integración y los procesos electorales, entre otras cuestiones, que lejos de mejorar la calidad de la democracia consuman un “golpe de Estado silencioso”, según analistas y expertos.
Las fuerzas que controlan el Congreso dejaron en estos días todo listo para, entre otras cosas, regresar a la bicameralidad, permitir la reelección inmediata de legisladores, descartar la obligatoriedad de las elecciones primarias y hacer difícil la inscripción de nuevos partidos, en medio de la insatisfacción de analistas y de otros actores políticos.
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“El golpe de Estado silencioso se ha consumado. El país está en manos del cónclave parlamentario más repulsivo de los últimos tiempos”, tituló ayer el semanario Hildebrandt en sus Trece, para el que la presidenta Dina Boluarte “acepta sin chistar su condición de holograma”.
“Hay una combinación de intereses: por un lado, concentrar en las cúpulas partidarias la mayoría de las decisiones, y, por otro, tirarse abajo todo lo que hizo la reforma”, comentó el exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales Fernando Tuesta, uno de los arquitectos de los cambios que ahora se desmantelan.
Las primarias obligatorias con que se buscaba mejorar la democracia interna en los partidos están a punto de perder su esencia, ya que la Comisión de Constitución, en una decisión de la que se descuenta que será ratificada por el pleno, aprobó el martes convertirlas en opcionales.
Para expertos, esas primarias servirían para depurar la nómina de aspirantes a la presidencia: “Si tenemos a 20 o 25 candidatos, esa no es una elección, es una tómbola”, comentó el director en el Perú de la ONG IDEA Internacional, Percy Medina.
“No entiendo por qué políticos responsables no encuentran en las primarias obligatorias una oportunidad para fortalecer los partidos, tener elecciones más predecibles, concentrar candidaturas”, agregó Medina. “Los congresistas peruanos aplauden las primarias en la Argentina, pero no las quieren en el Perú”, remarcó Tuesta.
La proliferación de candidatos en 2021, por ejemplo, hizo que pasaran a segunda vuelta dos con relativa baja votación en la primera: el izquierdista Pedro Castillo -a la postre presidente- y la derechista Keiko Fujimori, que, sumados, apenas pasaban de 30 por ciento. (Télam)