Lecornu también afirmó que el próximo presupuesto impondrá contribuciones excepcionales a los ciudadanos franceses más adinerados, confirmando la decisión del gobierno de no invocar el Artículo 49.3.

“No habrá aumento de la edad de jubilación de aquí a enero de 2028… Además, el período de cotización también se suspenderá y se mantendrá en 170 trimestres hasta enero de 2028”, explicó.

Esta medida, con un costo estimado de 400 millones de euros (464 millones de dólares estadounidenses) en 2026 y 1.800 millones de euros en 2027, requerirá ahorros presupuestarios, según el primer ministro.

El déficit público se reducirá al 4,7 por ciento del PIB en el proyecto de presupuesto para 2026 y deberá, en cualquier caso, ser inferior al cinco por ciento al ​​final del debate en el Parlamento, afirmó Lecornu.

También confirmó su intención de mantener el objetivo del 5,4 por ciento para 2025.

“Solicitaremos la creación de una contribución especial de las grandes fortunas, que proponemos destinar a financiar futuras inversiones que afecten a nuestra soberanía”, declaró. Estas inversiones incluirán infraestructura, transición ecológica y defensa, añadió.

“Sin mayoría absoluta, el Parlamento tendrá la última palabra”, declaró. Manuel Bompard, coordinador de Francia Insumisa (LFI), afirmó que el anuncio de Lecornu sobre la suspensión de la reforma de las pensiones era simplemente una “táctica dilatoria”. NA

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