Hafter descartó una tregua en Libia y prometió tomar la capital
El general rebelde y jefe de la principal fuerza paramilitar de Libia, Jalifa Hafter, rechazó la propuesta de una tregua que le hizo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y anunció que seguirá avanzando sobre la capital de su país, según una entrevista publicada en la prensa francesa.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email“Mientras las milicias y los grupos terroristas continúen ahí, no puede haber una solución. Tenemos que usar medios militares para abrir una vía política”, aseguró Hafter al diario Le Journal du Dimanche, citado por la agencia de noticias DPA.
Hafter explicó que no quiere “que la guerra continúe” y desea “un resultado rápido” de su masiva ofensiva militar que lanzó sobre la ciudad de Trípoli el mes pasado y que ha encendido las alarmas humanitarias de la ONU y de las principales potencias mundiales.
“Los que acepten izar la bandera blanca, entregar las armas y volver a su casa estarán seguros”, sostuvo Hafter, como única concesión.
La profundización de la guerra en Libia no solo hace temer miles de muertos, sino que terminó de sepultar las esperanzas de la comunidad internacional de resolver el conflicto a través de un diálogo político.
El enviado de la ONU para el conflicto libio, Ghassan Salamé, advirtió ante el Consejo de Seguridad que el país africano “está al borde de caer en una guerra civil que podría llevar a la división permanente del territorio”.
“Este es el informe que durante dos años he estado tratando de evitar tener que hacer; tras 48 días de ataque sobre Trípoli por las fuerzas del general Hafter, ya ha habido demasiada muerte y destrucción; llevará años reparar el daño hecho hasta ahora, y eso es únicamente si la guerra terminase ahora”, agregó ante los embajadores de las principales potencias mundiales.
Desde el derrocamiento y asesinato de Muammar Kadaffi en 2011, en plena época de levantamientos de la Primavera Árabe en la región, Libia está dividida entre diferentes centros políticos apoyados por fuerzas militares y paramilitares rivales.
El vacío de un poder nacional reconocido y respetado permitió desde entonces que crecieran las redes de traficantes de personas, que se enriquecen con los cientos de africanos que todos los días intentan llegar a Libia para zarpar en el Mediterráneo con destino a Europa. (Télam)