Tras una reunión de ministros de Asuntos Exteriores y Energía de la UE, Szijjarto afirmó que la prohibición propuesta no tenía justificación energética, profesional, de seguridad ni económica, sino únicamente motivos políticos e ideológicos.

Criticó a la Comisión Europea por lo que denominó falta de comprensión de las posibles consecuencias de la propuesta para ciertos Estados miembros, advirtiendo que su adopción “pondría en grave peligro” la seguridad energética de Hungría y Eslovaquia.

Szijjarto añadió que impulsar la aprobación del paquete por mayoría cualificada “violaría abiertamente la legislación de la UE”, argumentando que constituye, en la práctica, una medida sancionadora que requiere aprobación unánime.

“El verdadero impacto de este paquete sería destruir la seguridad del suministro energético de Hungría y, en gran medida, de Eslovaquia”, declaró, señalando que los pagos húngaros por el petróleo y el gas rusos representan “solo el 0,2 por ciento del PIB ruso”.

Añadió que Hungría rechaza las lecciones sobre la solidaridad europea, mientras se proponen medidas que socavan la seguridad energética de los Estados miembros.

La UE avanza con una estrategia para eliminar gradualmente su dependencia de la energía rusa.

En junio, la Comisión Europea adoptó una propuesta legislativa para poner fin a las importaciones de gas y petróleo rusos para finales de 2027.

Hungría y Eslovaquia, ambos países sin litoral, expresaron fuertes reservas sobre el plan, advirtiendo que unos recortes rápidos podrían poner en peligro su seguridad energética y estabilidad económica. NA

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