Theresa May volverá a someter el acuerdo de Brexit al Parlamento pero parcialmente
La primera ministra británica presentará hoy por tercera vez a los diputados su impopular acuerdo de Brexit pero, esta vez, sin la declaración política que lo acompaña.
Al gobierno británico se le está agotando el tiempo adicional que le había acordado la Unión Europea para evitar que Reino Unido saliera sin un acuerdo hoy, fecha que desde hace dos años estaba inscrita en rojo en los calendarios como el día del Brexit.
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La UE advirtió que si Reino Unido aspira a una prórroga hasta el 22 de mayo, debe adoptar el Tratado de Retirada esta semana. De lo contrario, tendrá que presentar un plan B antes del 12 de abril o verse abocado a un Brexit brutal.
“La propuesta de mañana (viernes) ofrece al Parlamento la oportunidad de garantizar esa prórroga”, explicó ayer la ministra de Relaciones con el Parlamento, Andrea Leadsom. Y llamó a los diputados, que ya rechazaron el texto estrepitosamente en dos ocasiones, “a que lo respalden y se aseguren de que abandonemos la UE el 22 de mayo, dando a los ciudadanos y a las empresas la seguridad que necesitan”.
La semana pasada, el presidente de la Cámara de los Comunes, el controvertido John Bercow, impidió una tercera votación afirmando que el Parlamento no podía volver a examinar una propuesta “sin cambios” durante la misma sesión parlamentaria.
Para sortear este obstáculo, el ejecutivo decidió someter únicamente esta vez el Tratado de Retirada, un documento de 585 páginas que estipula los términos de la salida británica del bloque, sin la declaración política de 26 páginas que la acompaña para establecer la grandes líneas de la futura relación que ambas partes deben aún negociar.
La maniobra surtió efecto con Bercow, quien aceptó que “la moción es nueva, sustancialmente diferente”. Pero enfureció a muchos diputados de la oposición, perplejos ante este nuevo movimiento inesperado que agrega confusión al caos.
Promesa de dimisión
El debate comenzará a las 09h30 (locales y GMT) para terminar hacia las 14h30, precisó Leadsom.
Para poder esperar que el texto sea aprobado, May necesita convencer al menos a 75 de sus propios legisladores rebeldes, que votaron en su contra en la ocasión precedente por considerar que la primera ministra llevó mal la negociación con Bruselas.
El miércoles, jugando su última carta para intentar convencerlos, la líder les prometió que dimitirá en cuanto el país abandone la UE y dejará a otro líder conservador la próxima fase de las negociaciones, la de una futura relación que debería tomar la forma de un ambicioso acuerdo de libre comercio.
La estrategia logró convencer a algunos de los más férreos detractores del acuerdo, enfrentados ahora a la posibilidad de que el país, sumido en el caos político por la incapacidad de llegar a una conclusión, acabe negociando un Brexit más suave o convocando un segundo referéndum.
Entre ellos, el exministro de Relaciones Exteriores Boris Johnson, que dimitió en 2018 por su oposición a la estrategia de May y que desde entonces se convirtió en uno de sus principales rivales.
“Johnson tiene toda la razón al decir que el riesgo palpable de perder Brexit, sumado a la posibilidad de un cambio en la próxima fase (de negociación) significa que no tenemos otra opción que votar a favor”, tuiteó el miércoles su amigo, el también diputado conservador Conor Burns.
A May le quedan sin embargo algunos rebeldes por convencer, unos 15 según medios británicos, y sobre todo, el recalcitrante partido unionista norirlandés DUP, de cuyos diez diputados depende su mayoría parlamentaria. AFP-NA