Una nueva denuncia por abuso sexual sacude a la Iglesia chilena
La justicia chilena investiga una nueva denuncia de agresión sexual cometida por un sacerdote tras el relato de un hombre de 43 años que aseguró esta semana haber sido violado hace unos años al interior de la catedral de Santiago.
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El inculpado es el sacerdote Tito Rivera, condenado canónicamente el año pasado a diez años de alejamiento del sacerdocio por delito sexual, quien lo habría violado en 2015 al interior de la Catedral de Santiago después de haberlo supuestamente drogado.
Del hecho, que comenzó a ser investigado por la Fiscalía de la localidad de O´Higgins, habría tenido conocimiento el cardenal arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, indagado ya por el encubrimiento de abusos sexuales de sacerdotes, quien en este caso no habría dado aviso a la policía.
“Te voy a echar una ayudita pero prométeme que no le vas a contar a nadie”, le habría dicho Ezzati al denunciante, Daniel Rojas, de 43 años, cuando éste le relató el hecho, según el testimonio que dio a medios locales.
Según su relato, acudió a la Catedral en busca de ayuda para comprar un remedio para su hija. Fue atendido por el sacerdote Rivera, quien lo habría llevado hasta una pieza en el segundo piso del recinto donde le dio un vaso de agua, el que después de beberlo le hizo “perder la fuerza”.
En una declaración pública, el Arzobispado de Santiago confirmó que las denuncias contra Rivera datan de 2011 y que, después de una serie de diligencias, inició en 2016 un proceso administrativo penal contra el sacerdote, que arrojó una condena de culpabilidad que estableció para él una suspensión del sacerdocio por diez años.
Ahora, tras la denuncia de violación en la Catedral, el Arzobispado anunció que “iniciará una revisión exhaustiva para esclarecer todos los antecedentes que han sido conocidos públicamente”. AFP-NA