CASO BÁEZ SOSA
Analizaron las comunicaciones en el juicio a los ocho rugbiers
Los audios y mensajes que los rugbiers se enviaron entre sí y a otros amigos mediante Whatsapp en los instantes posteriores al crimen de Fernando Báez Sosa fueron los protagonistas de la séptima audiencia del juicio.
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Si bien toda esa evidencia -mensajes de texto, audios e imágenes- ya estaba incorporada en la causa, fue el auxiliar de la Fiscalía General de Dolores Javier Pablo Laborde, a cargo de analizar los teléfonos de los imputados, quien leyó cada uno de los mensajes que simultáneamente eran reproducidos en una pantalla y que fueron seguidos con atención tanto los padres e Fernando como por los ocho jóvenes que llegaron a juicio por el asesinato.
“Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia... caducó”, decía el audio que a las 4.55, pocos minutos después del crimen de Fernando, envió el acusado Lucas Pertossi (23) al resto de los imputados mediante el grupo de whatsapp “Los Boca3”, que todos excepto Ayrton Viollaz (23) conformaban.
“Nos peleamos. Ganamos contra unos chetos, los rompimos”, escribió a las 5.08 a un contacto fuera de ese grupo el rugbier Blas Cinalli (22), quien hasta ahora no había sido mencionado por los testigos que declararon en el juicio.
El mismo imputado fue quien también les manifestó a otros conocidos: “Creo que matamos a uno”, “le dimos murra a uno con el ‘perto’, lo recargamos a palo, pero mal. Nos vinimos corriendo a la casa”, “nos vamos a la playa. Previa en casa, vienen todas las gatas” y “yo sólo quiero tomar vino y fumar flores”, según reprodujo el testigo, quien debió leer esos textos frente a los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez.
Ante la una pregunta del querellante Fernando Burlando, Laborde confirmó que las expresiones de Cinalli fueron escritas 13 minutos después de que él y el resto de los imputados recibieran en el grupo de Whatsapp el mensaje de Lucas Pertossi que se refería al fallecimiento de Báez Sosa.
Más mensajes
El testigo se refirió también a otro intercambio en el que el mismo acusado dijo que iban hacia un local de Mc Donalds, que estaban “corriendo” para que no los vieran, y describía que, a raíz del ataque cometido, otros jóvenes habían resultado heridos.
“Dos convulsionaron, uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales. Ahora estamos yendo a Mc Donalds a ver qué pasa”, dijo Cinalli a un contacto, quien le respondió: “Son los demoledores.”
Laborde, quien se convirtió en el testigo que declaró durante más horas ante el Tribunal Oral en lo Criminal de Dolores, realizó el análisis de las comunicaciones en el marco de la investigación.
Si bien los mensajes de Cinalli y Lucas Pertossi acerca de la muerte de Fernando fueron los que más conmoción generaron en los presentes en la sala de audiencias, también fueron incorporados como prueba durante la jornada otros que se referían a la llegada de la policía a la casa de veraneo alquilada por los rugbiers y uno en el que uno de ellos advertía a los demás: “Chicos no se cuenta nada de esto, a nadie.”
Tras la audiencia, la madre de la víctima se refirió a los chats de los imputados tras el homicidio y sostuvo que “los testimonios son muy fuertes”, ya que su “hijo había fallecido y ellos estaban enterados e iban a festejar después de muerto, que se iban a juntar, que se iban a llenar de vinos y flores en la playa”.
Por su parte, Burlando consideró que fue “fortísimo” lo que arrojaron los mensajes y que si bien se conocían en la causa, “es bueno que los jueces observen las reacciones de los presentes”.
También declararon dos peritos que confirmaron que Fernando tenía una impronta de seis centímetros por dos en la parte inferior del maxilar, compatible con la zapatilla de Thomsen, y otra en el cuello, aunque en este caso sin poder precisar si correspondía al mismo golpe y calzado. (Télam)