La salud de Pablo Grillo, el fotoperiodista de 35 años herido de gravedad durante la represión a una marcha de jubilados el pasado 13 de marzo, sufrió un grave retroceso. El reportero fue internado de nuevo en terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía, y su familia advirtió que no está evolucionando como se esperaba.

Según explicó su padre, Fabián Grillo, el problema se originó por el posible cierre de un drenaje en una válvula que le habían colocado. Los médicos están evaluando si el sistema está funcionando correctamente o si está drenando líquido cefalorraquídeo en exceso, lo que ha provocado que su ventrículo derecho se dilate más que el izquierdo. "El estado de él ayer era como que estaba adormilado", describió.

A través de la cuenta de Instagram #justiciaporpablogrillo, la familia informó que el joven se encuentra "clínicamente estable", aunque neurológicamente "está en una meseta". La falta de líquido cefalorraquídeo suficiente para cubrir todo el cerebro es la principal preocupación. Pese a las complicaciones, la familia aseguró que Pablo "continúa luchando" y que siente el apoyo de la gente.

Grillo fue gravemente herido cuando una granada de gas lacrimógeno, disparada por un gendarme, impactó en su cabeza durante la protesta. Por este hecho, el cabo de Gendarmería Héctor Guerrero está imputado en una causa judicial, señalado como el autor del disparo.

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Roger Rotonda

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