Hallan en San Eduardo del Mar restos de un gliptodonte juvenil de más de 10.000 años
Una familia descubrió fósiles prehistóricos durante una caminata. Se trata de un ejemplar juvenil de Neosclerocalyptus paskoensis, una de las especies más singulares de la megafauna sudamericana.

Un nuevo descubrimiento paleontológico en los acantilados de San Eduardo del Mar, a pocos kilómetros de Mar del Plata, aporta valiosa información al estudio de la megafauna prehistórica de Sudamérica. En febrero pasado, Mariano La Venia y su familia encontraron restos óseos mientras caminaban por la zona costera, y tras contactar al Museo de Ciencias Naturales “Lorenzo Scaglia”, se confirmó que pertenecían a un gliptodonte juvenil.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl ejemplar, identificado como Neosclerocalyptus paskoensis, conserva partes clave de su anatomía, como la cola y el caparazón dorsal, en excelente estado de preservación. Estos animales, parientes extintos de los armadillos actuales, habitaron la región pampeana hace más de 10.000 años y podían alcanzar más de 2.500 kilos en su etapa adulta.
La singularidad del hallazgo radica en la juventud del individuo, lo que permitió observar diferencias morfológicas con ejemplares adultos, como una ornamentación particular en sus placas dérmicas —una especie de “animal print” prehistórico— y una longitud de caparazón de apenas 0,85 metros, frente al promedio de 1,25 metros en adultos.
Fósiles en una tumba natural
El rescate de los restos se realizó en una salida paleontológica abierta a la comunidad, con la participación de más de 80 personas, entre ellas estudiantes de Paleontología y personal de Defensa Civil. La excavación se llevó a cabo dentro de lo que habría sido una antigua madriguera del animal, que actuó como una tumba natural sellada por sedimentos finos, facilitando la conservación de los fósiles.
Uno de los aspectos más relevantes fue la recuperación de cartílagos nasales osificados y cornetes, elementos anatómicos poco comunes de hallar en este tipo de registros fósiles, que pueden ofrecer claves sobre la fisiología del animal.
Los restos serán exhibidos próximamente en el Museo Municipal “Lorenzo Scaglia”, ubicado en Plaza España, en la ciudad de Mar del Plata.
Un capítulo más en la historia de los gliptodontes
Este descubrimiento se suma a otros importantes hallazgos en la región de Chapadmalal, donde el Museo Scaglia ha liderado campañas de recuperación de fósiles de gliptodontes como Eosclerocalyptus y Eleutherocercus, especies que varían en tamaño y antigüedad desde el Plioceno hasta el Holoceno.
Los gliptodontes pertenecen al orden extinto de los Cingulados, parientes lejanos de los armadillos, dentro del superorden de los Xenartros. Son parte del legado evolutivo de Sudamérica, que durante el Cenozoico se desarrolló como una "isla biológica" con especies únicas como el megaterio, el toxodon o la macrauquenia.
Incluso Charles Darwin, durante su histórico viaje en el Beagle en el siglo XIX, recolectó fósiles de gliptodontes en Argentina. Su comparación con los armadillos actuales lo llevó a esbozar una conexión evolutiva que sería posteriormente confirmada por la ciencia moderna.
Hoy, más de 190 años después, nuevos descubrimientos como este siguen reescribiendo las páginas de la historia natural de la región.