Ultimaron al hijo de un expolicía condenado por sus vínculos con la banda “Los Monos”
Un hombre de 32 años, hijo de un expolicía condenado por brindarle información a la banda narco “Los Monos”, fue asesinado a balazos frente a su casa en Rosario por delincuentes que lo atacaron a tiros desde un auto.
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El hombre fue identificado como Ángel Adrián Avaca (32), hijo del expolicía Ángel Albano Avaca, alias “Chichito”, quien fue asesinado cerca de la medianoche del lunes y se convirtió en el crimen número 16 en lo que va del año en Rosario y el cuarto en las últimas 48 horas.
Fuentes policiales informaron a Télam que el hecho ocurrió en la vereda de un inmueble ubicado sobre la calle Garibaldi al 300, del barrio La Tablada, cuando Avaca estaba por ingresar a su vivienda y fue atacado por varios hombres que se movilizaban en un Renault Clío.
Tras el hecho, los ocupantes del auto escaparon a toda velocidad y el hombre fue trasladado malherido al hospital zonal Roque Sáenz Peña, donde los médicos constataron que presentaba al menos cinco heridas de arma de fuego en distintas partes del cuerpo que le produjeron la muerte antes de haber ingresado.
Las fuentes confirmaron que la víctima era hijo del suboficial de la policía de Rosario, Ángel “Chichito” Avaca, quien prestaba servicio en la Comisaría 15° y en 2013 fue detenido por orden del juez Juan Carlos Vienna.
Ese magistrado investigaba el crimen del hijo de un narco, Martín “Fantasma” Paz, cuñado del líder de “Los Monos” Claudio “Pájaro” Cantero, y la causa derivó en el expediente judicial que llevó al clan Cantero a juicio a fines de 2017.
En abril de 2018, Avaca padre fue condenado a siete años de prisión acusado en un juicio oral por asociación ilícita, cohecho y connivencia.
En el juicio se demostró que el expolicía brindaba información confidencial a la banda “Los Monos”, liderada por el clan familiar Cantero, recordaron los voceros.
La investigación sobre el asesinato de Avaca hijo quedó a cargo del fiscal de homicidios dolosos de turno en Rosario, Luis Schiappa Pietra, quien ordenó una serie de medidas que apuntan a determinar la mecánica del ataque e identificar al o los tiradores.
El caso 16
El asesinato de Avaca, con características de sicariato, es el número 16 en lo que va del año en la ciudad de Rosario.
Uno de los casos más resonantes fue el crimen del gerente de la sucursal del Banco Nación en la localidad santafesina de Las Parejas, Enrique Encino (64), ocurrido la madrugada del domingo en el casino City Center de esta ciudad.
El hombre salió a un balcón para fumadores de la sala de jugos cuando fue alcanzado por una ráfaga de disparos realizados desde una moto que circulaba por una calle lateral del casino.
Por ese hecho fue detenido como partícipe Maximiliano “Cachete” Díaz (30), un hombre ligado a la banda de “Los Monos” y que, según los investigadores, reporta al líder de esa organización criminal, Ariel Máximo Cantero, alias “Guille” o “Roberto”.
Según el jefe del Sindicato de Peones de Taxis de Rosario, Horacio Yanotti, en octubre “Cachete” Díaz en persona le exigió en nombre de “Guille” Cantero un pago mensual a la entidad gremial para que sus afiliados no tengan problemas en la calle.
Por esa denuncia, Díaz era investigado por el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y los pesquisas determinaron que operaba para el líder de “Los Monos”, que cumple cuatro condenas por distintos delitos en la cárcel federal de Ezeiza.
Por su parte, el gobernador santafesino, Omar Perotti, dijo en relación al recrudecimiento de la violencia letal en Rosario “es un momento difícil y duro, pero hay una decisión tomada de cortar los vínculos con el delito”.
El jefe de Policía provincial, Víctor Sarnaglia, había calificado de “terrorismo” el asesinato del bancario en el casino y lo vinculó con la decisión oficial de no tolerar las relaciones espurias entre las fuerzas de seguridad y el delito.
“Las bandas aumentan el terror para lograr que el Estado vaya a negociar con ellos por una tregua a cambio de mirar para otro lado”, sostuvo en declaraciones radiales.
Pero ratificó que “no hay tregua” con las bandas y se terminaron “los grises entre legalidad e ilegalidad”. (Télam)