JORGE ALBERTO ALGUERÓ

Nació el 6 de septiembre de 1942 y falleció el 20 de mayo de 2024.

Nacido y criado en Tandil, fue hijo único de José Algueró y Pastora Almada. Caminó las calles de su ciudad, siempre enamorado de ella.

Estuvo de novio 9 años y luego 56 casado junto a su “compañera de la vida” Irma Larrondo, con quien tuvo tres hijos: Fernanda, Martín y Esteban. Ellos le dieron cuatro nietos: Lautaro, Mateo, Franco y Eliel.

Alumno de su querido colegio San José, de joven empezó a trabajar en Metalúrgica Tandil y luego, junto a unos de sus amigos de “la barra del barrio”, el Vasco Gómez, en la compañía de seguros El Centinela, pero dedicó su vida a ser agente de propagada médica, profesión que desarrolló durante 42 años hasta que llegó el tiempo del retiro.

Deportista nato, durante mucho tiempo defendió los colores de su amado club Independiente, tanto en inferiores como en la Primera división de fútbol, pasando también por Santamarina y La Movediza.

También jugó al tenis en Uncas y se enamoró de la pelota a paleta en el trinquete del club Ferrocarril Sud.

Muy activo en todas las comisiones y subcomisiones donde se pudiera comprometer y ayudar, dejó una hermosa huella en todos los lugares donde lo conocieron.

Amigo de sus amigos, con una honestidad total, siempre se movió de manera inquebrantable ante situaciones que llamaban al sentido común y de bien.

Referente entre sus colegas visitadores médicos, luchó por la profesión y por cada compañero cuando lo pudo hacer. “Se nos fue el Capitán”, supieron decir en estos días.

Hermoso abuelo y mejor padre, Jorge se fue tranquilo, en paz, con la sabiduría de aquel que siente que el tiempo en este plano estaba concluido. No muere aquel a quien se recuerda, y seguramente los recuerdos que dejaste en muchos de nosotros serán de los mejores.

"¡Que tengas una muy buena gira, Jorge!”.

MIRTA RICCETTI

“Emprendió el viaje de partida el 21 de mayo de 2024. Fue dada a luz el 13 de diciembre de 1955 en Tandil, como fruto de la unión de sus padres, Máximo y Lidia. Tuvo una única hermana, Graciela, con quien mantuvo un vínculo estrecho y cercano. Perteneció a una digna familia radicada en Villa Italia.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela 21 de “la Villa” y sus estudios secundarios en el Instituto Martín Rodríguez, donde, a los 15 años, conoció a Daniel Gatti, quien se convirtiera en su esposo años más tarde. Desde entonces, Mirta y Daniel compartieron sus vidas durante 54 años, hasta el momento de su partida.

El 22 de noviembre de 1974 se casó con Daniel y, a tres años de aquel enlace, se mudaron al campo en la zona de La Numancia con su primer hijo nacido, Alejandro, lugar en el que vivió hasta sus últimos días.

Unos años más tarde llegaron sus dos hijas, Daniela y Natalia. En su clan, supo ser el pilar fundamental y contribuir al bienestar y la unión de su esposo, hijos y nietos con su incansable, firme y amorosa presencia.

Fue una esposa, madre y abuela presente y contenedora, una mujer excepcional que se ocupó de llenar todos los espacios y de brindarse completamente a sus seres queridos. Más que una ama de casa, fue el amor de la casa.

Supo llevar adelante su vida con la valentía y el coraje de una mujer entrañable y querida por todos. Sin duda, su ausencia física ha dejado huellas profundas en aquellos a quienes ha tocado su corazón.

Durante sus años de vida en este mundo entregó todo y más, sin esperar nada a cambio, sin reclamos y sin expectativas. Hoy, a unos días de su partida, su hermana, su esposo, sus hijos y sus siete nietos honran su destino con gratitud y con profundo amor, mirando con buenos ojos la elección de su alma de emprender el viaje de regreso a su morada.

"Los que te amamos te decimos: Querida Mirta, te deseamos paz y plenitud en tu nuevo estado de ser. Siempre tendrás un lugar especial en nuestros corazones. Gracias, gracias, gracias”.

CARLOS JULIO CALVO

“Carlitos", “Carloncho”, “Don Calvo” nació el 1 de diciembre de 1944. Era hermano de Santiago, ambos hijos de Nélida Julia Alonso y Carlos Santiago Calvo, alias “Pichón”.

Nélida tenía kiosco y Pichón trabajaba en el almacén de ramos generales El Bilbaíno. Desde muy chico, Carlitos repartía los diarios en el barrio y, a la pasada, hacía algún mandado para su casa. Cursó sus estudios secundarios en la Escuela Técnica hasta tercer año y con apenas 15 años, fue el sostén de su casa ante la temprana partida de su papá. Entre los domingos de fútbol jugando para el club Ferrocarril Sud y su dedicación al trabajo en Jadelco, nació su vocación laboral: la rectificación de motores. Junto a tres socios, emprendió lo que fue Austral Rectificaciones. Incansable trabajador, siempre dispuesto, resolutivo y perseverante.

Contrajo matrimonio con Teresita González. Fruto de esa unión nació Guillermina, que junto a la gran familia de vecinos Hernández cuidaba el kiosco de Nélida.
Carlitos amaba ir a pescar a Reta con sus sobrinos Osvaldo y Ernesto, y su cuñado Buby. Quienes no podían faltar eran Silvina y Guillermina, encargadas de juntar las almejas.

"Partiste el 16 de mayo a los 79 años. Te recordaremos con mucho amor, entre anécdotas y sabias palabras. Nos dejaste el mejor legado: vivir con alegría, siempre”.

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