El oficialismo serrano sigue buscando explicaciones a la dura adversidad que le tocó atravesar el pasado 7 de septiembre, cuando quedó lejos, muy lejos, de la pelea electoral. Si bien el propio Lunghi expuso en este Multimedios no tener intención alguna de hacer una lectura del resultado, por lo bajo, entre despacho y despacho de calle Belgrano, se cruzan comentarios, reflexiones y miradas, buscando ya no sólo culpables sino también razones, mientras se continúa con la hoja de ruta de la gestión.

Como se dijo, se apela a un fenómeno multicausal a la hora de hallar explicaciones. Desde la cruda cotidianidad que habla de no haber respondido en tiempo y forma las demandas vecinales, la coyuntura nacional y provincial que se llevó puesto no solo al lunghismo sino también a todo el radicalismo bonaerense, hasta razones más empáticas, que hacen a lo emocional, sensible.

En efecto, le llegó a este Oído que uno de los más estrechos colaboradores del jefe comunal advirtió que sigue muy enojado con lo que pasó; entonces, ensayó un consuelo que apela a levantarle el espíritu al pediatra para que siga trabajando de intendente y cambie el semblante.