Crear empleo de calidad es prioridad para el desarrollo
Extensos debates se producen entre economistas de distintas escuelas, entre empresarios y sus entidades, representantes sindicales y funcionarios de todos los niveles de gobierno acerca de cómo arribar a soluciones en materia económica en nuestro país.
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Encendemos la TV o leemos los diarios digitales, programas o notas con posturas que expresan girar más a la izquierda o hacia la derecha, más libertad de mercado o economías más cerradas, más o menos poder estatal, controlar el dólar o dejarlo flotar libremente, subir o bajar las tasas de interés y tantas discusiones más. Todas pueden tener sus fundamentos y pueden ser válidas según el contexto en que se aplican, según el momento y las urgencias.
El gobierno de Cambiemos, como todos sabemos, ha pasado por momentos difíciles en términos de mantener alineadas las variables de la macroeconomía, ha realizado esfuerzos significativos – por supuesto junto con la población y los contribuyentes – por ordenar las cuentas públicas y llegar al tan ansiado déficit cero, una de las causas del deterioro sostenido que nuestro país ha venido sufriendo desde hace décadas, fundamentalmente en las últimas dos, aunque no ha logrado aún alcanzar los resultados deseados en materia de inversiones productivas, desarrollo de las pymes y creación de empleo genuino y menos aún de calidad. Y resulta razonable que no haya empleo de calidad en una economía que sigue siendo pequeña en relación a otras tantas del mundo y con el agravante que en los últimos 15 años únicamente creció el empleo estatal.
Es aquí donde el desarrollismo está dispuesto a colaborar y hacer su aporte para que la producción y el empleo sean una prioridad en el último tramo de gobierno y en la próxima gestión y, que de ese modo, se produzca una fuerte transformación de la estructura productiva nacional, de las economías regionales y en cada pueblo del interior en pos del desarrollo nacional. Sin políticas activas fuertes, que incentiven realmente la inversión y la creación de empleo no podremos como país distribuir riqueza, antes debemos producirla. Un Estado que sigue siendo elefantiásico, con una presión tributaria demoledora de pymes, cargas laborales que dificultan cualquier intento por tomar trabajadores en blanco y la vigencia de infinidad de supuestos planes denominados de “empleo” sólo nos seguirá manteniendo en un círculo vicioso que no nos permite como país dar un salto de calidad y recuperar el status que supimos conseguir.
Es noble destacar los enormes esfuerzos que realiza el gobierno a través del Ministerio de Producción, en conjunto con las cámaras empresariales y los empresarios Mipymes en cuanto a incentivar el comercio exterior. Se abren aquí enormes oportunidades de negocios creadores de riqueza y de puestos de trabajo, el régimen Exporta Simple es un ejemplo de los avances. Tal vez no alcanza o no se ven aún los resultados, aunque por este camino se debe seguir trabajando, agregando valor a la producción primaria, incorporando conocimiento y tecnología, desarrollando más investigación aplicada, preparando recursos humanos para las próximas décadas, generando oportunidades en cada rincón de nuestra patria. Todos juntos debemos trabajar para que el “Made in Argentina” llegue a las góndolas del mundo.
Crear y fortalecer miles de Pymes es el gran desafío de la próxima gestión, los emprendedores y empresarios deberán estar preparados y adaptarse a lo que el mundo demanda. Desde las políticas públicas, hay que asignar más recursos y potenciar enérgicamente los sectores productivos y de servicios y en forma simultánea generar un clima de mayor confianza y de reglas de juego más claras para los inversores, por más pequeños que éstos sean.