Del incendio a la resurrección
Del incendio a la resurrección.
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De 1908 a 2019.
Del silencio, a la voz que habla.
De la muerte que intenta callar, a la vida que clama y reclama.
De las cenizas, a la luz que emerge y es promesa.
No es un día más, no es un día romántico, ni comercial, ni necesitamos que nos regalen flores, es un día donde el recuerdo se funde, con el reclamo, es una invitación a reflexionar tanto las mujeres, como los hombres y en todas las edades.
Es un día donde muchas mujeres, todavía sufren en silencio, donde todavía hay mujeres, que cada 30 horas mueren porque se las mata, porque los femicidios, siguen dándose, porque todavía se ejerce una presión sobre un vínculo ejercido desde la posesión, más que desde el deseo de dos.
Donde todavía a la mujer en muchos contextos se la toma como objeto sexual, donde todavía se las subestima, donde todavía muchas deben dar cuenta de lo que hacen.
Sin embargo, no podemos dejar de decir que las protagonistas de este siglo somos las mujeres, donde no necesitamos tener una superhéroe, una mujer maravilla, entre los miles de superhéroes masculinos que hay, para reconocernos heroínas, no se trata del poder sobre los hombres, sino sobre nosotras mismas, no son los dos sexos superior o inferior, son solamente diferentes, no se trata de lo femenino versus lo masculino, sino de lo humano versus los inhumano.
Es un día para despertar al mundo, para resaltar la importancia de la actuación de la mujer en todos los ámbitos de la vida, una mujer que se caracterizó por siempre estar luchando, una mujer que puede danzar con lobos, defender como una leona, susurrar como un ave, gritar como si nadie pudiera escucharla y como si todos supiesen que su voz es la que hace la historia.
Es un día para contar que en historia, también hubo mujeres próceres, que en los libros de lectura mamá no es solo la que lava, o cocina, es la que también trabaja, es un día para hablar que hay mujeres proveedoras, que las mujeres, también deciden en la economía , que también estuvieron en las guerras y que también construyen casas.
Será bueno, saber que se forma en el presente, para pensar el futuro, por ende todo lo que estemos haciendo en esta cultura, lo estaremos modificando para el mañana.
Fueron muchos años de callar, o quizás de acompañar una historia, tuvimos un rol, no menor, y seguro no renunciamos, a los logros, que hoy tenemos, ni a mecer a nuestros descendientes, ni no quedarnos en casa, ni renegamos de estar en las tareas hogareñas, ni de reconocer que nos gusta estar en todo, solo se tratar de saber que podemos elegir, que no hay una lista de tareas pre determinada, los hombres no son nuestros enemigos, solo queremos igualdad, que se tolere la diversidad, que no exista un dos tercio de la humanidad que trabajen mujeres, pero solo el 10 por ciento gana en igual condición que el trabajo que realiza el hombre.
Hoy es el día de cada mujer, de cada niña, que debe en todas partes del mundo tener derechos para ser educada e ir a la escuela, de cada mujer que no debe ser violada, de cada mujer que no debe estar en la lista de las golpeadas, desaparecidas o de trata, hoy es el día de esas mujeres que de quedar en el fuego de una fábrica, hoy están en cada una de las que lucha todos los días por sus derechos y por el de las minorías que a veces no se escuchan.
Hoy es tu día mujer, hoy estamos vos, tu, todas haciendo la historia, reconsiderando la definición del diccionario, ya no somos frágiles, ni débiles, somos con nuestras propias características, con toda la fuerza que recuerda y que nos libera hacia la resurrección.
(*) Decana Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador.