La mala gestión tiene consecuencias

Por Dr. Damián Silva
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailFinalmente la UCRI, sí se cerró.
Cuando se inició el conflicto en los primeros días de febrero, las autoridades del SISP negaron que su intención era cerrar un servicio que funcionaba muy bien y que le había dado tanto a la comunidad, según sus palabras.
Hablaron de una reestructuración, se trataba de una decisión sorpresiva y sin consenso, por lo que la Dra. Cecilia Martens, el Dr. Guillermo Pizzorno y la Dra. Alejandra Caputo fueron convocados por la Comisión de Salud del HCD para escuchar sus explicaciones. Su único argumento fue que tenían la autoridad para hacerlo, no expusieron las razones, no tenían los datos que justificaban los cambios, ni mostraron un plan de mejora. Simplemente porque no los tenían. Era una decisión improvisada, injustificada y viendo la forma en que se implementó, también autoritaria.
El reclamo de gran parte de la comunidad médica, de pacientes y de la sociedad, que entendían que era una mala decisión y que podía afectar la calidad de atención, hizo que el HCD tratara el tema en su primera sesión, como resultado se elevó un proyecto que proponía revertir la decisión.
Mientras tanto, la Defensoría del Pueblo realizaba una evaluación exhaustiva de la situación. Consideró los argumentos de las autoridades del SISP, los datos aportados por integrantes de la UCRI, la opinión de especialistas en gestión y analizó los marcos regulatorios. Como resultado, emitió un informe en el cual proponía revisar la decisión y promover los concursos para jefaturas tal como se enuncia en la carrera médico hospitalaria vigente.
En ningún caso las autoridades del SISP escucharon ni se prestaron a un diálogo constructivo que permitiera acercar posiciones para encontrar una mejor solución al conflicto. No les importó la opinión de médicos, pacientes, del HCD ni la Defensoría del Pueblo.
Desde el desplazamiento del jefe y subjefe el 10 de febrero hasta los primeros días de abril el servicio se mantuvo acéfalo. El equipo de trabajo se sostuvo con la expectativa de que estas instancias de reclamo fueran escuchadas.
Se sostuvo hasta que en los primeros días de abril se les notificó que sería nombrada una subjefa, la Dra. Analis Salva, una cardióloga que nunca había trabajado en SISP, alguien que desconocía completamente el funcionamiento del Hospital y a las personas que trabajan en él. Quien a pesar de no contar con el consenso de ningún miembro del equipo y conociendo el escenario del conflicto, decidió aceptar el puesto. Este gesto motivó la renuncia sucesiva de 5 de los 7 médicos de guardia hasta la fecha.
Reunir un equipo de calidad como se logró en la UCRI no es fácil, requirió un esfuerzo de gestión de 4 años, es difícil imaginar cómo va a funcionar el servicio en el corto plazo.
Tomar decisiones en políticas públicas implica una gran responsabilidad porque los efectos de las mismas afectan directamente a la gente. Para ocupar posiciones de decisión ejecutiva debería exigirse la preparación técnica y no solamente la condición de obediencia y lealtad a quien designa para esa función.
Para el caso de la función de directores, es sabido que no es un puesto deseado, antes de designarse a los actuales: Dres. Pizzorno y Caputo, fue ofrecido a muchos otros que no aceptaron, incluyendo al subjefe desplazado, al Dr. Martín Solernó. En ningún caso se consideran antecedentes curriculares para el ejercicio de la función, solo se reconoce como un puesto político y se exige estar de acuerdo con lo que se propone desde la autoridad superior.
El caso de la UCRI es un ejemplo de mala gestión. El resultado fue el cierre de un servicio valioso que funcionaba muy bien, la pérdida del recurso humano. La gente que utiliza el sistema publico perdió la oportunidad de ser atendida por cinco médicos muy capacitados que habían elegido trabajar en el ámbito público, resignando aspiraciones económicas. El SISP ya no cuenta con los siguientes profesionales: Dra. Lucila Moracho, Dra. Sofía Vouilloz, Dr. Román González, Dr. Martín Solernó y Dr. Juan Manazzoni.
Se suman a una lista larga de médicos que en el ultimo lapso de 5 años renunciaron al Hospital. Tomando como ejemplo el área de consultorios externos: Dr. Marcelo Nenkies, Dra. Celeste Jagoe (Hematología), Dra. Carolina Tassier, Dra. Amalia Gamallo (Dermatología), Dra. Brenda Borrego (Neurología), Dra. Celina Braggio (Neumonología), Dr. Santiago Tobin (Endocrinología), Dra. María Ángeles Alzogaray (Reumatología).
Gestionar no debería ser solamente inaugurar obras. La gestión del Recurso Humano debería ser una prioridad.