No era por ahí, Fantino

La invitación que le hicieron a Lucas Porta para que participara en el programa que conduce Alejandro Fantino por ESPN 2 me generó una gran alegría, al igual que a todos aquellos que lo conocen al “Pinky” y saben la clase de persona que es, además de que más que merecido lo tiene como futbolista.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLo dije, lo sostengo y lo repetiré: Lucas es un jugador al que nunca querría marcar si fuera defensor y al que no me gusta enfrentarme ni en un fútbol 5, porque siempre se hace un lugar para anotarse entre los goleadores. Está siempre bien ubicado y tiene una pegada excelsa.
Por todo ello, por los importantes tantos que ha marcado, por su humildad y la alegría que transmite diariamente en cada entrenamiento, Lucas tenía más que merecida esa entrevista, que tanta expectativa generaba.
A las 21, como imagino que habrán hecho muchos otros tandilenses, me senté frente al televisor y sintonicé el canal. Esperaba con ansias verlo, escuchar lo que decía y observar de qué manera enaltecían al fútbol del interior. Pero nada de eso pasó, o por lo menos a mi entender.
Solo rescato la sorpresa que le dieron con el saludo que le envió Martín Palermo, ni más ni menos que su ídolo. Pero el resto de la nota me pareció fuera de lugar, una falta de respeto no solo a los trabajadores de Tandil sino también a localidades vecinas.
No juzgo a Fantino por su labor, porque si no es el mejor entrevistador de la Argentina, está entre los mejores. Pero en esta oportunidad, tanto él como su equipo, fallaron.
No hablé con Lucas, me gustaría hacerlo, pero sí con varias personas que compartían mi pensamiento. No hicieron más que reírse de los nombres de los equipos del interior, de las localidades, de los empleos y de las denominaciones de los emprendimientos/empresas.
¿Era necesario mofarse de tal forma? Si “Chechu” Bonelli indagó sobre él y le dieron buenas referencias, ¿por qué no incursionaron por esa vía? La entrevista hubiese sido mucho más vistosa y entretenida, entiendo yo, si se hubiesen interiorizado en él.
Si tanto resaltó el conductor la diferencia entre un jugador de Europa y uno local, que se gana la vida realizando otro trabajo, ¿por qué no se le preguntó de qué manera veía al fútbol, a quién miraba, qué movimientos trataba de copiar, cuál era su estilo de juego y demás? No creo que reírse de alguien que distribuye y vende sal sea el camino para encarar la nota.
Me quedé con ganas de ver otra cosa. No me quita la alegría de haber visto a un compañero en los grandes canales deportivos y tampoco creo que le quite el orgullo al “Pinky” de decir “yo estuve ahí”, pero erraron el camino.