Un Lunghi de colección

Subido al Bicentenario, Miguel Lunghi desafía su calendario vital  y se encamina a reeditar su fenómeno electoral. Estuvo –está- en cada detalle, en cada rincón de las actividades desplegadas para celebrar los 200 años de la ciudad, algo así como la bala de plata de la gestión para salir de la somnolencia de estos tiempos que las dos décadas de gobierno supieron concebir y sobre lo que él mismo reprocha a sus colaboradores.

A tal punto llega su entusiasmo que, como lo hizo de 2003 a esta parte, desoye las recomendaciones médicas de sus colegas, a la hora de los cuidados que debiera tener para seguir en pie. 

El pediatra no sabe de consejeros, y con el mismo instinto, olfato,  que lo llevó a imponer agendas que congeniaron con el ideario tandilense, se maneja para con sus cuidados físicos personales.