Ansiedad y depresión: las patologías más frecuentes en psiquiatría

“Lo que uno no pone en palabras lo transforma en síntomas físicos”, advirtió la doctora Cristina Romero, médica psiquiatra en diálogo con Eco Salud, de El Eco Multimedios, al ser consultada sobre las patologías que más llegan al consultorio actualmente.

Y en ese sentido, la especialista refirió que la ansiedad y la depresión son las que con mayor frecuencia se ven en psiquiatría, pero también en psicología y en cardiología. 

Por ello, “cuando uno habla de prevención en psiquiatría una de las cosas que decimos es poder poner en palabras, poder hablar con alguien lo que te está pasando. Hay gente que no tiene con quien hablar y en ocasiones el psiquiatra o el psicólogo termina siendo la primera persona que los escucha”, remarcó Romero, al tiempo que indicó que muchas veces el paciente sale del consultorio aliviado “hasta de síntomas físicos”.

Ansiedad: qué es, síntomas y abordaje  

“Hay una ansiedad normal que nos mantiene alerta, pero hay estados y trastornos de ansiedad que el nivel es tan intenso que empieza a perturbar el desenvolvimiento cotidiano”, apuntó la médica psiquiatra. 

La ansiedad es un estado que provoca preocupación constante y reacciones desmedidas para el factor que las origina. 

“La persona ansiosa suele tener alguna personalidad un poco predispuesta para esa ansiedad. A veces son dependientes afectivamente, muy autoexigentes, con baja tolerancia a la frustración, muy controladores, rápidamente hay situaciones que generan ansiedad y eso conlleva a la preocupación”, explicó Romero.

Además, describió que “el paciente ansioso está tenso, preocupado. Hay trastornos como la ansiedad generalizada que no es tan intenso pero está con una preocupación constante, su pensamiento se anticipa a la situación, no vive el presente, o está en alerta. Eso es un estrés crónico, vivir en alerta es un estresor que no solo afecta la salud mental sino la física”. 

Al ser consultada sobre los síntomas que presenta la ansiedad, la especialista describió que las manifestaciones físicas pueden ser ataque de pánico. Cuando hay una descarga de ansiedad importante las manos transpiran, la boca se seca, a veces hay opresión en el pecho y eso también se observa en las crisis de angustia, palpitaciones, sensación de falta de aire, puede haber mareos, y ello provoca que el momento de alimentarse no sea tranquilo, que la persona no esté relajada. 

Asimismo, a la hora de dormir el descanso no es reparador o puede haber insomnio y despertares nocturnos. 

“Los trastornos de ansiedad hay que tratarlos, sea una ansiedad social, fobias específicas o un trastorno de ansiedad generalizada. Hay distintas caras de la ansiedad, distintas patologías, y a todas hay que tratarlas, es muy importante”, recomendó la médica psiquiatra. 

Tanto la ansiedad como la depresión se pueden observar en todas las edades. Y en este punto, la especialista describió que “la pandemia fue un hecho que marcó la vida de todos, una etapa muy difícil, el aislamiento, ese encierro que tuvimos llevó a mucha gente que ya tenía alguna patología a empeorar su cuadro, a que después cueste mucho más volver al contacto social, y el que no tenía la patología también ha sufrido el coletazo de ese aislamiento”. 

Y recomendó que “hacer psicoterapia es fundamental en todos los cuadros, tanto de ansiedad como de depresión. Desde la psiquiatría sabemos que hay una serie de cambios biológicos y de neurotransmisores que son regulados por la medicación, pero sabemos que la palabra y la terapia también generan un cambio biológico en nuestro cerebro”. 

La depresión también tiene distintas caras 

“La depresión no es un estado normal y cuando existe es patológico. Uno puede estar triste, la tristeza es un sentimiento, Pero la depresión ya habla de algo patológico”, indicó Romero. 

La doctora explicó que “la gente a veces piensa que una persona depresiva está recostada en una cama llorando todo el día, pensando en morirse y en realidad mucha gente continúa trabajando o criando a sus hijos, pero está todo el día irritable, malhumorado, intolerante, agresivo y uno no puede imaginarse a una persona agresiva que esté cursando una depresión, sin embargo, la depresión a veces tiene esa cara”. 

A veces la depresión produce aumento del sueño y en ocasiones todo lo contrario. Con la alimentación ocurre algo similar. Puede presentarse disminución o aumento del apetito sumado “a la angustia, el desgano, o la falta de iniciativa. La pérdida de la capacidad de placer, la voluntad en la depresión también se enferma”, puntualizó la doctora Romero. 

La especialista destacó que “cuesta mucho ver a la depresión o a la ansiedad como una enfermedad, a veces lo que no sangra, no se inflama, no da fiebre parece que no fuera enfermedad, pero el ser humano es mente y cuerpo y tenemos una psiquis". 

"La persona depresiva padece de más patologías orgánicas como cardiovasculares, y hay mucha queja de trastornos digestivos, dorsalgias (dolor en la zona posterior de la espalda), cervicalgias (dolor que afecta a la nuca y las vértebras cervicales), pesadez en las piernas, en realidad no podemos separar el cuerpo de nuestra psiquis, realmente nuestros estados anímicos manejan nuestra salud física”, remarcó. 

Ante cualquier tipo de manifestación, Romero consideró que sería muy bueno que los pacientes pudieran acudir rápido a la consulta. Y remarcó que no hay que “tener temor a la medicación", 

"Los medicamentos hoy día son muy diferentes, no le tengan miedo a la adicción, a la dependencia. El tratamiento con antidepresivos va a empezar y va a terminar. Son muy pocos casos en el que los pacientes están años con tratamientos, porque como en toda enfermedad hay casos leves y casos graves pero no es la mayoría de los estados depresivos”, concluyó.

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