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Celiaquía: una condición que requiere una alimentación estricta para una vida normal
En la población pediátrica y adolescente se vieron más casos durante la pandemia. Se trata de la intolerancia permanente e irreversible a las proteínas contenidas en el trigo, la avena, la cebada y el centeno.
La celiaquía se diagnostica en todas las edades pero hay una mayor preponderancia entre la primera década de la vida y el segundo pico es en la cuarta década. Sin embargo, cualquier persona mayor de uno o dos años puede generar la condición, según indicó la doctora Inés Ruas, médica pediatra especializada en Gastroenterología del Hospital de Niños.
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En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, la especialista explicó que “la celiaquía es una intolerancia permanente e irreversible a ciertas proteínas de la alimentación que están contenidas, fundamentalmente, en cuatro cereales como el trigo, la avena, la cebada y el centeno” y que “tienen mucha presencia en nuestra alimentación y en algunos alimentos que no son únicamente apoyados en cereales”.
Esa intolerancia “condiciona al celíaco a generar una enteropatía a nivel intestinal, una atrofia de las vellosidades del intestino causando síntomas que tienen que ver con desnutrición, falta de nutrientes, que lo condicionan en forma crónica a estar más en riesgo de tener déficit nutricionales y abrirle el juego, tal vez, a otras enfermedades de tipo autoinmunes”, indicó Ruas.
La celiaquía, ¿es una enfermedad o una condición?
La médica pediatra explicó que la celiaquía “es una condición que puede predisponer a la aparición de enfermedad y por eso durante mucho tiempo se consideró una enfermedad porque genera muchos síntomas que pueden condicionar de forma muy importante la salud del celíaco, que pueden abrirle la puerta a patologías autoinmunes”.
Por ello, cambiando la alimentación y restringiendo los cuatro cereales “puede tener una vida completamente normal sin ningún tipo de discapacidad ni aparición de otras enfermedades, por lo que, es una condición que si no se logra controlar, la aparición de enfermedad es tangible”, subrayó la pediatra.
“El intestino tiene una impermeabilidad que es muy importante mantenerla y la celiaquía genera que este más permeable para la entrada de otras sustancias que pueden ser tóxicas para el organismo, por lo que puede gatillar la aparición de hipotiroidismo, diabetes tipo 1, enfermedades inflamatorias intestinales, soriasis, vitíligo, todas de tipo autoinmunes”, agregó Ruas.
Detección en pacientes pediátricos
La especialista en gastroenterología pediátrica explicó que para la detección de esta condición en los más pequeños “tiene que haber contacto con las proteínas de estos cereales que se incorporan a los seis meses de vida. Es importante que ocurra en forma temprana y acompañado de pecho materno para minimizar luego la aparición de celiaquía o de otras alergias alimentarias”, y remarcó que “sí es necesario algunos meses de contacto con el gluten para poder dar paso a la celiaquía, por lo cual suelen ser niños de más de uno o dos años, porque necesitan bastante tiempo para comenzar con síntomas”.
Los niños suelen tener formas más sintomáticas que los adolescentes o los adultos, “si bien todos pueden generar síntomas o ser asintomáticos en el comienzo, es más común que los más pequeños tengan más manifestaciones como pueden ser diarrea crónica, dolor abdominal recurrente, distensión abdominal, pérdida de apetito y de peso o estancamiento en la curva de peso y de talla, alteraciones en el esmalte de los dientes, pérdida de cabello, o alteración en la calidad de las uñas y de la piel”.
Ruas describió que “a partir de estos síntomas lo que se hace es pedir un laboratorio en sangre para hacer un primer barrido de pacientes para ver cuáles son, junto con los síntomas, si tienen un laboratorio que los pone en mayor riesgo de ser celíacos y luego se completa la confirmación”.
Asimismo hizo hincapié en que todos aquellos niños que tienen familiares celíacos aunque sean asintomáticos se los controla para ver si tienen la condición o no. “Luego hay ciertas condiciones genéticas y otras enfermedades que obligan a la detección de celiaquía como pueden ser los pacientes con Síndrome de Down, hipotiroideos o diabéticos en los que se buscan cada dos años los anticuerpos para ver si positivizan porque están en mayor riesgo de ser celíacos”, puntualizó la especialista.
En la población pediátrica y adolescente “vimos muchos casos nuevos a partir de la pandemia, la celiaquía requiere de muchos factores que contribuyen como es la genética, lo ambiental, seguramente el estrés tiene su papel ahí como en todas las enfermedades autoinmunes de gatillo”, indicó la pediatra y subrayó que cada vez “se van mejorando los anticuerpos de nuevas generaciones que detectan mejor la posibilidad de hacer biopsias en cada vez más lugares, y al pensarlo y buscarlo más encontramos más también”.
Los cambios en la alimentación para una vida normal
La doctora Ruas remarcó que “una vez que está el diagnóstico hay que introducir un nuevo concepto sobre el cambio de alimentación donde el paciente lo va a tener que hacer de por vida y de manera estricta porque no se revierte”.
Y en este punto indicó que se le explica al paciente o la familia que “hay opciones para lo que comen hasta ese momento, hay que buscar la marca o la forma de lo que vienen comiendo pero de otra manera como harinas alternativas, que no les cambien las situaciones sociales que son las que más cuestan”, y agregó que es fundamental el acompañamiento y apoyo de nutricionista.
Tandil, ciudad amigable con el celíaco
La pediatra destacó que “Tandil por suerte es una ciudad muy amigable con el celíaco” y remarcó que ello tiene que ver “mucho con el trabajo de la Asociación Celíaca Tandil que se ha encargado de capacitar a emprendimientos, que siempre la persona tenga una opción de donde salir a comer o comprar alimentos sin TACC”.
Y en ese sentido también resaltó que “hay muchos emprendimientos locales que tienen los productos certificados por la ANMAT y el logo para que el celíaco coma de manera segura”.
“Los pacientes ponen mucho esfuerzo de sí mismos y familiar para cumplir con estos cambios para que una transgresión eche por tierra todo el trabajo que se hizo hasta el momento. Y cumplir con la alimentación adecuada es importante porque el intestino tiene que estar impermeable para que el celíaco pueda desarrollarse de forma normal”, concluyó la especialista que se desempeña en el Hospital de Niños.