EL ECO PODCAST
La inseminación a tiempo fijo genera muy buenos resultados en la ganadería de cría
El médico veterinario Santiago Pérez Wallace se refirió en un nuevo podcast de El Eco Campo a una de las herramientas destacadas para lograr más eficiencia en la reproducción.
El profesional Santiago Pérez Wallace, graduado en la Unicén en 2006 y doctor en Ciencias Veterinarias en la Universidad Nacional de La Plata en el 2013, repasó el trabajo que se hace en el país en materia reproductiva y la injerencia de la inseminación artificial y el manejo en los rodeos.
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Específicamente al referirse a la inseminación artificial, señaló que “aproximadamente el 12 por ciento de las vacas de cría en Argentina recibe un protocolo a tiempo fijo. Eso significa que no se necesita detectar celo, sino que se usa un protocolo de tres encierres en los que pasan por la manga y están incorporando más genética”.
El otro 88 por ciento sigue recibiendo el servicio natural, mientras que las vacas que quedan vacías por la otra tecnología son repasadas por toros.
Pérez Wallace reflexionó que “parece poco el 12 por ciento, pero son aproximadamente 3,8/4 millones de inseminaciones a tiempo fijo realizadas en el país durante el año pasado. Para tener una referencia, en Sudamérica se inseminan aproximadamente 31 o 32 millones de vacas, principalmente entre Brasil y Argentina, Paraguay y Uruguay. Eso es el 20 por ciento del stock de hembras”.
Remarcó también que “es una técnica que fue creciendo y lo sigue haciendo año a año. Pensábamos que se iba a amesetar antes la incorporación de esta tecnología que apareció en los tempranos 2.000, cuando no se vendían 200 mil tratamientos para inseminación a tiempo fijo y hoy estamos en 3,8 millones”.
Recalcó el profesional que “esto tiene un impacto tremendo en la producción. Además, se está mejorando muchísima genética, copiando lo realizado por el tambo”.
Aclaró sin embargo que en ese sector se sigue haciendo mucha inseminación a celo detectado, ya que las vacas pasan dos, tres y hasta cuatro veces por la sala de ordeñe y la tienen disponible para inseminarla cuando la ven con métodos de ayuda o por sistemas electrónicos.
Gran impacto
“En cría, esto te permite hacer solamente tres pasadas por la manga y dejar las vacas inseminadas y después largar los toros para que repasen.
El impacto que se logra es más grande todavía que en el tambo, ya que muchas veces te aumenta el margen bruto de la cría entre un 8 y un 40 por ciento, dependiendo de las vacas que no estén ciclando”, señaló.
Es que por el sistema pastoril y porque la vaca pierde estado después del parto, “no arranca con celos normales cada 21 días, sino que tarda en recuperar su actividad cíclica normal. Cuando hacés un tiempo fijo y su protocolo, lográs que esas vacas ciclen antes, que se preñen antes y desteten terneros más pesados. Y muchas veces se logra mayor porcentaje de preñez”.
El veterinario Santiago Pérez Wallace planteó que en los últimos 12 ó 13 años trabajó en distintos países y ahora le toca ir a otros, “donde la inseminación no está tan avanzada y la técnica no está tan incorporada por los productores. Pero en todos los países pasa lo mismo: donde inseminan un año, las vacas paren y se ve el destete posterior de esa inseminación, la siguen haciendo”.
Otro elemento que destaca el profesional es el análisis económico de la técnica. “Algunos dicen que hay que desembolsar mucha plata, pero en muchos casos el productor criador -en el mundo- es muy reacio a invertir”.
Sin embargo, llamó a reflexionar que “el ciclo de la cría es muy largo y si uno hace un ciclo completo el resultado también lo es. Impacta cualquier decisión que se tome en el servicio o que no se tome. Por ejemplo, si hay una seca y no hago nada, sé que voy a preñar menos; el año que viene van a parir menos vacas, y en el de 2024 se van a destetar menos animales y me va a impactar financieramente ese año. Si hago ciclo completo esos novillos los voy a tener en el 2025. Cuesta a veces que se mensure esto”.
Los resultados
Sin entrar de lleno en la cuestión genética, no dejó de lado que el sistema de inseminación a tiempo fijo permite elegir entre toros muy probados y que las pruebas vienen mejorando cada vez más. “Hay más información mediante caravanas electrónicas y sistema de procesamiento de software de datos para cría, lo cual permite predicciones genéticas; y van a aparecer nuevos caracteres. Hoy -por ejemplo- se puede aumentar el peso al destete y al año, manteniendo el peso adulto de las vacas, algo que antes era impensado”.
El sistema ha dado ejemplos claros de aumentos de destetes y peso al año, sin disparar el peso del adulto. Ello es importante porque “una vaca que pesa más en cría, tiene más requerimientos. El tema muchas veces es adaptar la genética a tu campo y no el campo a la genética”.
Pérez Wallace recordó que “en los últimos 20 años la incorporación de las inseminaciones ha hecho que las vacas pasen más veces por la manga y aumentó la cantidad de días de trabajo”, lo que ha impactado en la infraestructura de los establecimientos.
“Antiguamente había buenas instalaciones en los campos grandes, pero no había techos y había que postergar un trabajo por agua. Hoy es muy difícil postergar una inseminación porque va a llover”, planteó.
Sin embargo, “tenemos todavía una falencia muy grande, si bien se va mejorando lentamente. Hay más mangas techadas en Argentina, y mangas hidráulicas en campos más grandes. Pero a un productor mediano o chico se le complica desembolsar todo lo necesario para una buena instalación y no tiene acceso a un crédito de baja tasa para poder invertir en eso”.
Como efecto colateral de la técnica, el doctor en ciencias veterinarias señaló que “como el productor invirtió mucha plata en la inseminación, mejora los alambres para que no se pasen los toros, les da de comer mejor a las vacas y así llegan mejor al parto, lo cual impacta en el ciclo reproductivo”.
El futuro
Consultado acerca del futuro de la técnica de la inseminación a tiempo fijo, Pérez Wallace señaló que “muchas veces hemos tratado de predecir la velocidad de la incorporación de tecnología y la cría no es un ejemplo de buena predicción, ni siquiera en Brasil o en la Argentina. Hay años en los que crecen muy poco y otros en los que despega más”.
Tras dicha aclaración dijo que “creo que va a seguir creciendo la incorporación de esta técnica de inseminación a tiempo fijo, principalmente porque el productor la va entendiendo. Muchas veces nos preguntamos por qué no creció más, y creo que la limitante es que no había más veterinarios que la apliquen. También tenemos un número limitado de técnicos”.
Recordó su experiencia en un Congreso de España, donde “contamos el tipo de vida que hacíamos en la Argentina. Nos levantamos a las tres de la mañana, manejamos 500 kilómetros e inseminamos 400 vacas y después a la tarde, tenemos que ir a otro campo: no lo podían creer. Es un poco parte de nuestra idiosincrasia”.
El profesional recalcó que “no todo el manejo reproductivo es inseminación, sino que también está la revisación de toros y todo lo que es el manejo nutricional, que es fundamental, así como hacer los servicios en tiempo y forma. Uno siempre trata de servir sus vacas o iniciar servicios cuando está la primavera vegetal en el campo y más oferta forrajera hay. Cuesta y hay años como este -con la seca- que muchas veces no pagamos ahora, sino que vamos atrasando y se va a pagar el año que viene. Creo que este año la seca es un gran desafío para los productores y es una oportunidad para empezar a hacer destete precoz o tratamiento de inducción de celos para las vacas con los toros en forma natural. Hay varias alternativas para hacer el servicio y queda todavía un mes como para trabajar”.
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