EL ECO PODCAST
La superficie de maíz de segunda crece anualmente en el sudeste bonaerense
En el inicio de una serie de Podcast destinado al cultivo americano, el especialista Francisco Torreani explicó los motivos del crecimiento de esta opción productiva y los rendimientos esperados en la región.
El maíz es originario del continente americano y fue cultivado por primera vez por los pueblos originarios del Eje Neovolcánico mexicano (Tehuacán) hace aproximadamente diez mil años.
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Los olmecas y los mayas también lo utilizaban, y hace alrededor de 2.500 años se esparció por el continente entero, siendo el alimento clave de las distintas culturas precolombinas.
Además, sustentó una red de comercio basada en sus variedades y sus excedentes. Tras la llegada de los conquistadores europeos, el maíz llegó a Europa y fue introducido así a otras regiones del mundo, dado que es una especie capaz de tolerar diversos climas.
Francisco Torreani, de Mar del Plata, es ingeniero agrónomo recibido en la facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce (Universidad Nacional Mar del Plata), y analizó el desarrollo del maíz de segunda y su crecimiento en la región en el último tiempo.
El profesional inicialmente confirmó que la siembra de segunda “crece exponencialmente en la zona” y explicó que ello se debe a que “si lo comparamos con un cultivo que comparte nicho con él y que es competencia, como puede ser la soja de segunda, el maíz incrementaría la eficiencia en el uso de recursos. Además, tenemos mayor aporte de carbono al sistema y -en sistemas mixtos- puede ser un forraje de alta calidad. Se puede usar también como rastrojo para la ganadería”.
Otro elemento que no dejó de lado es que “en lo que interesa a los productores, si lo comparamos con soja de segunda, haciendo números por ahí tenemos un margen bruto mucho más favorable”.
Doble cultivo de maíz
Francisco Torreani planteó que el maíz de segunda “nos permite tener un doble cultivo. En el sudeste, debemos tener en cuenta que no hay muchos estudios del maíz de segunda en la zona”.
Acotó que “particularmente realicé una tesis de grado en este tema con el objetivo de ajustar el ciclo y la densidad para maximizar el rendimiento, que es lo que importa a los productores”.
El profesional analizó el escenario de la región y mencionó especialmente a las limitaciones existentes en materia ambiental, “con una combinación de bajas temperaturas medias, con baja radiación y la ocurrencia de heladas tempranas, como en la campaña pasada. Eso genera baja productividad media y alta variabilidad de rendimiento en la zona”
Por ello es que “más que nada hay que reducir los ciclos de cada uno de los híbridos y adecuarlos a la estación de cada crecimiento de cada uno. Es un poco la estrategia de manejo que cada vez está estudiando más para maximizar rindes”.
El ajuste pasa por la densidad y el ciclo, “ya que no sirve de nada sembrar un ciclo largo en altas densidades porque no vamos a llegar a completar todas las etapas fenológicas. Actualmente, cada vez tenemos más tecnología e híbridos cada vez más cortos”, dijo Torreani.
Agregó que trabaja como distribuidor de semillas Pioneer y mencionó que poseen “una amplia variedad de ciclos cortos que se adaptan muy bien a la zona, llegando a rindes adecuados con densidades medianas”.
La densidad óptima agronómica es aquella cantidad de plantas que se puede poner por unidad de superficie. “Se mide en cantidad de plantas por metro cuadrado. Hoy en maíz de primera llega a más cantidad de plantas por metro cuadrado debido a que la estación de crecimiento es mayor. En el maíz de segunda tenemos menos tiempo, porque viene de un cultivo de primera -como puede ser un trigo o una cebada-, se tiende a reducir la densidad, es decir, poner menos plantas por metro cuadrado”.
Planteó que los profesionales “intentamos llegar al valor óptimo de densidad agronómica que es aquella que produce el máximo de rendimiento. Por eso es indispensable conocer la historia del lote; si es un lote de alta productividad, media o baja; ver la posición: si es una loma, media loma o bajo; etc…”.
Los rindes esperados en el maíz
Al momento de ser consultado acerca de los rindes esperados, comparando entre un maíz de primera y uno de segunda, Torreani dijo que “generalmente estamos hablando de un 50 por ciento de rendimiento en el maíz de segunda comparado con el de primera. Uno de primera puede rendir diez mil kilos por hectárea, mientras que uno de segunda estamos hablando de cinco mil”.
Destacó que “hay que considerar que es un cultivo de segunda, por lo que es un plus que sacamos al cultivo principal que sería el trigo. Todos los gastos van asignados a ese cultivo principal y lo de segunda viene como para acompañar. Hoy se pueden sacar seis toneladas de trigo y cinco de maíz, lo cual es un margen excepcional”.
El ingeniero agrónomo señaló que “claramente las empresas van trabajando en mejores materiales. Este año fue atípico por la sequía y las heladas, por lo que muchos productores adelantaron la cosecha de trigo debido a estos factores. Y en muchos casos, sembraron maíz de segunda”.
Paralelamente “año a año, la tecnología que tiene cada semillero va creciendo”.
Por todos esos motivos, Torreani planteó “un futuro muy favorable” para el maíz de segunda. “Contamos con tecnología Víptera, que es protección contra lepidópteros. Tenemos tolerancia a la aplicación de herbicidas, por lo que es una herramienta muy útil”.
Finalmente, Francisco Torreani sentenció que el maíz de segunda “es un cultivo que tiene en crecimiento exponencial y hay que seguir estudiándolo para lograr maximizar el rendimiento, que es lo más importante”.