Las precipitaciones oportunas también tienen su incidencia en la apicultura
La relación de las lluvias con la producción de miel fue el tema abordado en un nuevo podcast de El Eco Campo.

La zona de Tandil es un importante centro de producción apícola nacional y en la serie de podcasts destinados al análisis del impacto de las lluvias en la producción agropecuaria fue analizada la importancia del clima en la vida de las abejas.
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Gustavo Morteo, de la Cooperativa Apícola de Tandil, señaló inicialmente que “las precipitaciones son centrales en el tema de la producción apícola porque es el comienzo de la vida vegetal y después es la población, la que rinde más o menos acorde a la lluvia”.
Por lo tanto, “tener precipitaciones en los momentos oportunos o tener la cantidad necesaria para que se desarrollen los vegetales, a la abeja le incide, indudablemente, mucho. Porque al tener buena calidad de vegetales que producen buenas flores, hay buena calidad de miel, mejor rinde y mejor volumen. La humedad es necesaria para que la planta segregue el néctar. Si no hay buena humedad, la planta lo retiene por una cuestión de hidratación”, explicó.
Por ello es que Morteo recalcó como concepto básico: “que haya una abundancia de lluvia en los momentos oportunos para la producción apícola es central”.

Dicho popular
El referente de la Cooperativa Apícola de Tandil recordó que “hay un dicho muy común en la apicultura. Es `cuando llueve mucho, está lloviendo miel`. En realidad, no es miel lo que llueve, sino agua que la abeja transforma, ya que la planta se nutre, hidrata y desarrolla y hace una buena floración. Por ende genera un buen néctar y la abeja tiene clima ideal, buena humedad, recolecta buena cantidad y eso hace toda la cadena de producción de miel. Habiendo buena humedad y lluvia, junto a la temperatura, tenemos algo importantísimo para la producción y un buen rinde”.
Al hablar de las floraciones señaló que hay distintas, tanto en la siembra como en la vida silvestre, y que una lluvia oportuna permite que la planta desarrolle bien y -por ende- produzca una buena floración y la abeja le saca provecho a eso”.
Morteo enfatizó que “el rinde cambia radicalmente. Se nota mucho la diferencia en un clima húmedo, con lluvias oportunas, a una temporada seca o de lluvias en tiempos equivocados. El efecto de la lluvia en la producción de la miel es uno de los puntos centrales a la hora de los rindes.
El estado
Morteo también fue consultado acerca de la incidencia de las precipitaciones en cuestiones tales como la multiplicación y el estado general de la población de las colmenas.
“En un clima húmedo es más factible que la colonia desarrolle. La abeja también se nutre de agua, tanto para tomar como para diluir la miel, porque la abeja la lleva a un estado de maduración donde la humedad es muy baja. Pero para consumirla necesita alivianarla un poco con agua, por lo que un clima húmedo no solo favorece al vegetal, sino también a la vida de la abeja”.
Ejemplificó que “cuando viene un clima muy seco es muy común ver a las abejas en las piletas, en tanto que cuando hay un clima húmedo las abejas no van a la pileta porque prefieren absorber el agua de las plantas, incluso las gotas del rocío. A la hora de la escasez de agua, los espejos de agua -lamentablemente- son el único recurso que tienen”.
Además, en clima seco “tienen que recorrer más distancia para encontrar los espejos de agua, por lo que el desgaste de la abeja es mayor y el fruto es menor. Es decir, más viaje, más distancia, y menos rinde”.
Por todo lo señalado, Morteo concluyó en que “el clima, la lluvia y la vegetación son tres ejes centrales para la producción de la apicultura. El agua es vida”.
Paralelamente aclaró que la lluvia en exceso es contraproducente “en el caso en el que uno tiene a las colmenas se inunde. En ese caso es nocivo, o en el caso de que venga un clima muy llovedor y haya poca temperatura y la abeja no pueda recolectar miel por un tiempo largo y naturalmente, sin permitirnos acceder a los campos para poder llevar el alimento sustituto para compensar lo que no hay en el campo. En ese caso perjudicaría indirectamente el exceso de lluvias”.
Sin embargo, “mayoritariamente y preferible el exceso de lluvia y no la escasez”.
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