Los encargados del campo incorporan su función con la experiencia de la familia
Un nuevo podcast de El Eco Campo sigue recorriendo las funciones del campo que van pasando de padres a hijos. Un ejemplo de ellos es el caso de los encargados de campo.

En la continuidad de las tareas y funciones rurales que se basan en los legados familiares, el elegido para un nuevo podcast es Paulino Diez de Ulzurrun, quien no solo ha heredado el nombre de su padre y de su abuelo, sino también su pasión por el campo.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailActualmente se desempeña como encargado de una empresa familiar que se dedica a la explotación agropecuaria en la zona de Tandil, Ayacucho y Tres Arroyos.

“Estoy haciendo en parte lo que hacía mi viejo, con las modificaciones del hoy” dijo inicialmente al definir su labor.
Admitió que “hay un montón” de cambios entre aquello que veía desde niño y la actualidad, mencionando especialmente “la tecnología, pero también la manera de producir, de moverte y la vorágine del día a día. Va cambiando todo eso, va incidiendo en cada proceso laboral y en las distintas cuestiones que tenés hoy en día”.
Los cambios se dan “no solamente en tecnología sino también en la producción misma”.
Paulino Diez de Ulzurrun relató que trabaja como empleado en una empresa familiar de la provincia de Buenos Aires, con actividades variadas entre tambos, ganadería de carne y agricultura. La ganadería de carne es lo más chico por ahora, pero es variadito el sistema”.
El trabajo con la ganadería en la manga ha ido reemplazando el trabajo a caballo “por un palo y una banderita. Ya no usas más el caballo dentro de la manga; tampoco los perros. Ha variado eso y no hay la misma cantidad de gente de otras épocas. Me acuerdo de estancias grandes, como una de San Simón, donde había mucha gente para para el trabajo en la manga. Hoy por hoy somos uno o dos. Es más organizado y ordenado, aunque quizás un poquito más lento, pero también más eficiente y tranquilo para todos, con menos estrés tanto para los animales como para uno”.
Nuevas rutinas
Acotó que “por sí sola ya no hay la misma cantidad de gente que había antes en las estancias y puestos. Hoy cambió muchísimo. Tenés una persona cada 700 o mil hectáreas cuando antes en esa superficie quizás eran cinco o seis. Había un poco más de animales, pero la rutina era otra. Ahora se maneja mucho más con eléctrico, con callejones… En muchos lugares se está no reemplazando al caballo, pero sí se está utilizando el cuatriciclo o la moto. En el caso del tambo se usan mucho las motos y los cuatriciclos. No se suplanta, porque hay momentos donde no lo podés suplantar al caballo, pero sí se va cambiando”.
Otra diferencia con épocas pasadas es que “andamos en las camionetas recorriendo con los ´pasa-eléctrico´, como se dice ahora, y no nos bajamos a pisar los eléctricos. Va habiendo un cambio en la rutina, lo cual se hace más eficiente y es mucho más ágil también”.
La agricultura también “obviamente es distinta. Tengo la suerte de estar trabajando en un lugar donde te sentaste en tractores que no sentís un solo ruido de afuera y recuerdo antes el Fahr 86 y todos esos tractores de los que te bajabas sordo y no sabía ni dónde estabas. Hoy cambio todo”.
Paulino Diez de Ulzurrun indicó que “hoy por hoy vas sentado en una nave espacial donde tenés todas las alarmas, que te dicen qué es lo que estás haciendo y cómo lo estás haciendo. También tiene sus contras, pero es un mundo completamente: de cargar bolsas a la sembradora de cuatro metros de ancho -al hombro- a sembradoras de 20 metros que se cargan con los camiones directamente. No interferimos nosotros como era antes”.
Paulino dijo que su padre está retirado desde hace unos pocos años, pero igualmente se sorprende con los cambios, “especialmente el tema de los tambos robotizados. Son tecnologías que las ves y te sorprenden cuando te acercas y ves cómo funciona. Para su generación era algo totalmente impensado y nosotros estamos un poquito más aggiornados a lo nuevo y asombrados también, por supuesto… Con solo sentarte en una camioneta es todo distinto, ya que algunas para ponerla en marcha apretás un botón y antes era todo a pedal”.
El futuro
Los próximos años Paulino Diez de Ulzurrun los imagina “con mucha vorágine en el sector, porque se está haciendo muy difícil, lamentablemente. Creo que esta actividad se vive, se siente… En la ciudad tenés como cualquier chico los hábitos de ciudad y en el campo los de campo, y te das cuenta hoy que todo ese éxodo que hubo en su momento hacia la ciudad hoy lo estamos lamentando en el campo. No hay gente que se adapte a vivir en el campo. Si bien tenés internet y luz eléctrica, televisión, freezer y todas las condiciones, igual te tenés que habituar a vivir en el campo, algo que no es para cualquiera”.
Por lo tanto, se hace “mucho más difícil conseguir gente que se pueda adaptar. Son cambios que por ahí los viene suplantando en parte la tecnología o la capacidad de trabajo, en el caso de la agricultura, ya que lo que antes hacían diez personas hoy lo hacen dos”.
Paulino Diez de Ulzurrun es padre de dos nenas a las que les gusta el campo. “Uno siempre trata de transmitir de esa manera, que acompañen primero para que sepan lo que uno hace, ya que por ahí desaparece mucho tiempo de la casa porque te vas a veces a las seis de la mañana y volvés a las 11 de la noche, detonado”.
“Si no lo no lo viven, no lo ven y no saben de qué se trata. Entonces trato de que lo compartan en los momentos que se puede, como por ejemplo para los feriados de Carnaval tengo la suerte de poder ir a quedarnos al campo todo ese feriado y estar los cuatro. Y salir a caballo, juntar los huevos, dar de comer a los chanchos, salir a revisar la parición de vaquillonas… Es otra es otra manera y yo creo que eso es parte del folklore de que vivan y sientan totalmente esta manera de vivir”.
Recordó de la infancia en el campo desde las carneadas y las fiestas en el colegio.