EL ECO PODCAST
Tandil cuenta con un tambo robótico en producción con singulares características
El establecimiento “La Colorada” posee cuatro robots de ordeñe, que permiten trabajar un total de 280 vacas y obtener un promedio de casi 30 litros diarios por animal. Es energéticamente sustentable y tiene características únicas.
Un nuevo podcast de El Eco Campo está dedicado a conocer pormenores de un tambo que inició la producción hace poco más de un año, ubicado a unos kilómetros del centro de la ciudad, lindero a la Escuela 60.
Recibí las noticias en tu email
El interlocutor fue Federico Alonso, gerente general de la empresa Noorden S.A., que opera el tambo e hizo la inversión, además de ser representante de Lely -la marca de los robots- en Argentina.
Explicó que “arrancamos hace siete años como empresa. Vivía en Holanda, volví a Argentina y empezamos con una empresa que traía, importaba, instalaba y hacía mantenimiento de robots de ordeñe, que es una tecnología que no estaba en el país en ese momento”.
También comenzaron “a hacer proyectos en esta zona de Tandil, cerca de Trenque Lauquen y en Córdoba. Después de tres o cuatro años de operar crecimos y nos fue muy bien, e íbamos viendo los productores también les iban teniendo los resultados. Se nos ocurrió la idea de hacer un tambo propio, en un campo alquilado”.
Eso de montar el tambo en un campo no propio es una de las características distintivas de la empresa.
“Empezamos a pensar en un proyecto más global, donde pudiéramos hacer un tambo con el objetivo de ser una unidad de negocio rentable, pero que a la vez sea un lugar donde podamos probar cosas, tecnologías nuevas, para luego poder venderlas o implementarlas con los productores ya teniendo una experiencia nuestra”, explicó Alonso.
Agregó que “conseguimos este campo de alquiler a diez años y, con financiamiento de bancos y algo propio, pudimos montar esta estructura y empezamos a ordeñar hace un año en octubre del año pasado”.
Características
Ante la consulta, Federico Alonso indicó que cuando se dice robots en el tambo “estamos hablando de una tecnología que en el mundo tiene ya 25 o 30 años, pero que en Argentina tiene menos de diez funcionando, con una tasa adopción rapidísima. El año que viene cerca del tres por ciento de la leche de Argentina ya se va a venir de robots”.
Agregó que es “un sistema que para vemos como algo que permite la sustentabilidad de la empresa a futuro, desde un punto de vista rentable y también desde un punto de vista ambiental, pensando en el bienestar de las vacas. Las vacas vienen por voluntad propia a ordeñarse, con un estímulo que le da robot que es alimento. El robot luego la ordeña de forma totalmente automatizada”.
También se piensa “en la parte social, es decir que las personas que trabajan en el tambo tengan horarios de trabajo más normales, no como en un tambo convencional donde tienen que ordeñar dos veces por día: a las 2 de la mañana y 2 de la tarde. El robot permite ir sacando las tareas repetitivas y que las personas puedan ir agregando valor desde su toma de decisiones”.
Rentabilidad
Dada la alta tasa de adopción, la pregunta siguiente fue si el sistema era más rentable y la respuesta fue obvia. “Si no fuera así, nadie lo implementaría. Son inversiones grandes y para eso se necesita financiamiento. Nosotros pensamos para todos los proyectos que hemos hecho en una tasa de repago de más o menos de siete años. Los financiamientos que son necesarios para eso son en 7 años para el que quiera convertir el 100% de su tambo o hacer una inversión nueva desde cero”.
Al hablar de bienestar animal y su reflejo en el resultado, Federico Alonso indicó que “la premisa de la que partimos es que el comportamiento natural de una vaca tiene un beneficio económico. Es real y está probado”.
Añadió que “una vaca que tiene libertad, para comer, para tomar agua para descansar y para ordeñarse cuando ella lo va lo va decidiendo, siempre inducida por el alimento que le damos en el robot, significa que produce más, depende de dónde venga la producción previa, pero logramos entre un 10 y un 15% más de producción”.
También destacó todos los datos que genera el robot y “permiten gestionar es sistema. El robot tiene sensores donde censa la temperatura de la leche, la conductividad, el color, la cantidad de células somáticas, los minutos de rumia de la vaca y un montón de información que se junta en un software”.
Todo se traduce en “información útil para trabajar sobre la salud de la vaca de una forma preventiva. Eso significa más longevidad, más tiempo que esa vaca vive y produce, mejor reproducción y todo eso tiene un impacto después en la parte económica”.
¿Qué es un robot?
Federico Alonso explicó que “un robot es una unidad fija en donde la vaca entra como si fuese en un box o una manga, que tiene un comedero adelante. La vaca come el alimento que se le va que se le va dando y al mismo tiempo que está comiendo, hay un brazo automático que entra por el costado y hace toda la rutina de ordeñe”.
Incluye “desde el pretratamiento, la estimulación, la conexión de las pezoneras -que lo hace con un láser- y luego también el sellado. Eso se hace de una forma automática. Al mismo tiempo, está juntando información de la leche a tiempo real en el momento de la vaca se está ordeñando”.
Además, “trabaja 24 horas por día y es una vaca tras otra que va entrando al robot. Es un flujo continuo de vacas que se está moviendo por el campo las 24 horas, donde se van se van a comer pasto, luego van al tambo, se ordeñan en el robot, salen van a comer pasto a la parcela… Luego vuelven y cada vaca tiene su propio su propio ritmo”.
Por lo tanto “algunas se ordeñan tres o cuatro veces por día, otras se ordeñan cada 18 horas”.
Energéticamente autosustentable
Otra de las características centrales de La Colorada es que produce su propia energía. Alonso planteó que “cuando empezamos el proyecto en su momento dijimos vamos a ser un tambo que queremos como una unidad de negocios y en un campo alquilado. Eran 100 hectáreas de agricultura cien por ciento y teníamos que traer la luz unos 700 metros, con una inversión importante que iba a quedar en el campo. No te la podías llevar”.
Allí surgieron los paneles solares, con “un sistema off grid (independiente de la línea de luz), cómo serían y cómo funcionarían. Buscamos algo de información, desde Mercado Libre hasta internet o lo que sea, y fuimos averiguando y llegando a proveedores. Hoy tenemos un sistema cien por ciento off grid, es decir desconectado de la red y totalmente independiente. Tenemos un conjunto de generación de paneles solares, un sistema de baterías y un generador. El objetivo y la idea para lo que fue diseñado es que los paneles solares generen energía durante el día y abastezcan los consumos del tambo, la casa y de todo lo que hay acá. Además, cargan las baterías. A la noche cuando los paneles no generan las baterías van abasteciendo los consumos”.
En tanto, los días de lluvia o nublados no hay generación solar, por lo que “el generador se prende, carga las baterías en una hora y media. Esas baterías duran. Todo ese sistema es automático y está gestionado por una por una central, que serían los inversores. Hicimos un convenio con una empresa holandesa -Victron- y empezamos a usar su tecnología”.
Acotó que “no hay una persona que tiene que pensar en prender generador, ver las baterías o algo. Es algo que funciona totalmente automático, sólo hay que hacerse acordarse de ponerle combustible al generador para cuando prende”.
Los equipos
Al ser consultado sobre los equipos Lely para el mercado argentino, Alonso señaló que “en este momento nuestro foco es el ordeñe automatizado con los robots. Pero tenemos otros robots y máquinas que hacen distintas tareas, siempre apuntado a la lechería y -de a poco- un poquito con carne, con mixers y sistemas de alimentación automática”.
Recalcó que “el objetivo siempre es bajar la cantidad de tareas repetitivas para que el trabajo en el campo sea con mayor valor agregado de las personas, donde puedan tomar decisiones y gestionar a partir de la información que nos dan todos los equipos”.
La idea es buscar “la sustentabilidad, tener más rentabilidad, pensar a futuro. Creemos que la tecnología llega para dar un cambio, cada vez tenemos más equipos como amamantadores de terneros para la crianza automáticas y todo apunta hacia el mismo lado: el uso de la información para gestionar y que las tareas repetitivas, que no tengan un gran agregado valor las pueda hacer un robot o una máquina”.
Las nuevas generaciones
En el tramo final del podcast, Alonso no dudó en destacar que este proceso “es lo que las nuevas generaciones también piden. Están buscando otro tipo de vida, otro tipo de lugares y tienen en la cabeza otro tipo de empresas, que ya no solo tienen como único objetivo la rentabilidad si no que están pensando en el medio ambiente, en el bienestar de las vacas, en el bienestar de las personas que trabajan…”.
Además, los establecimientos implementan la tecnología porque “muchas veces son los padres que lo hacen para que sus hijos sigan en la empresa y se inserten; o a veces son los hijos que dicen ´así como está la empresa, no empiezo a trabajar. Sí con tecnología; sí con robots; sí con información sí pensándolo de otro lado”.
En líneas generales, “las nuevas generaciones empujan esa implementación”.