Autoridades municipales y policiales se comprometieron a combatir la inseguridad en De La Canal
Funcionarios políticos y efectivos de la fuerza de seguridad acudieron a la convocatoria de los vecinos. Abigeato, invasión de la propiedad privada, acoso a menores, rotura de silos y robo de combustible, leña, hacienda y en viviendas son algunos de los hechos alarmantes. Un encuentro positivo que generó compromisos en cada una de las partes para mejorar la vida de los lugareños.
Cansados de los hechos de inseguridad, vecinos de la estación De La Canal unieron sus reclamos y convocaron a autoridades municipales y policiales para pedir que los ayuden a afrontar las problemáticas.
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El viernes al atardecer, en el salón del club Defensores de esa localidad, más de 50 personas preocupadas por la creciente ola de delitos en el área recibieron al subsecretario de Protección Ciudadana del Municipio David Tiffner, al subcomisario Regional Rodrigo Matos y al comisario titular de la Patrulla Rural Juan Martín Aguirre. Además, formaron parte del encuentro las concejales de UCR Cambiemos e Integrar, Matilde Vide y Nilda Fernández. También participaron activamente Julio Pagola y Alejandro Tiscornia, presidente y secretario del Foro Municipal de Seguridad.
El último hecho reconocido sucedió en un campo de esa zona hace menos de diez días y fue el robo a plena luz del día de 13 vacas preñadas con las que atravesaron el pueblo. La impunidad con la que se manejaron los delincuentes fue, de alguna manera, la gota que rebalsó el vaso. A partir de allí, el grupo de whatsapp de los vecinos empezó a tener cada vez más integrantes que se fueron solidarizando con los damnificados, pero además sirvió para que se vayan conociendo entre todos y empiecen a compartir las distintas experiencias delictivas que viene sufriendo.
Enseguida concretaron una reunión interna para buscar la forma de decir “basta” y poder seguir viviendo con la tranquilidad que siempre caracterizó al lugar. Las gestiones se dieron rápidamente gracias al compromiso de todos, logrando la respuesta de funcionarios políticos y efectivos de la policía.
La reunión del viernes fue encabezada por el presidente del club Defensores De La Canal, Oscar Lasarte, y Esteban Sarabia, representante del establecimiento San Eusebio, de dónde se llevaron la hacienda, junto a Tiffner, Matos y Aguirre.
La primera intención fue abrir un debate y poder compartir un espacio de comunicación entre los presentes, para dejar de sentir miedo y empezar a tener entre todos un sentimiento de comunidad.
Volver a vivir en paz
“De La Canal era un lugar muy tranquilo, yo he nacido acá y esto que está pasando ahora no sucedía”, lamentó Oscar Lasarte. Es que los hechos delictivos ya no solamente ocurren en los campos sino que han pasado la barrera llegando a las casas. Ovejas, vacas, rotura de bolsas de silos, alambrados cortados, hurto de leña, animales carneados, robo de combustible, pertenencias de las viviendas y, lo peor de todo, hasta se han registrado denuncias por acoso verbal a las menores que salen de la escuela.
Claramente la gente de allí no vive más tranquila y coincidieron en que todo se acentuó hace poco más de dos años, aunque con el pronunciamiento de la crisis económica todo empeoró.
A raíz de esta serie de daños, plantearon a las autoridades posibles soluciones que tuvieron que ver a grandes rasgos con el refuerzo de la presencia de la Patrulla Rural por esos caminos, ejecutando con mayor asiduidad los operativos vehiculares para reducir el tráfico de personas ajenas a la comunidad o que resulten sospechosas y la eventualidad de contar con cámaras de seguridad dependientes del Centro de Monitoreo Municipal.
Con el devenir de la reunión, se fueron entendiendo cuestiones como el método de trabajo de la policía rural y el alcance que tiene su autoridad de acción. Además, se conocieron las deficiencias con las que cuentan las fuerzas de seguridad locales, ya que advirtieron que lo que más escasea es el factor humano. En este sentido, el subcomisario Matos explicó que hay mucha falta de vocación en los oficiales, siendo ellos los que terminan instruyendo en lo que es el servicio para mejorar la falta de voluntad.
Más complicaciones
Otra de las preocupaciones que surgió fue la presencia diaria de móviles con entre 10 y 15 lombriceros que se meten sin permiso en los campos, violando la propiedad privada y en algunos casos rompiendo no solamente los cultivos, sino los ensilados. A estas personas ya se les ha secuestrado una combi tiempo atrás y ahora se trasladan en otra camioneta también sin papeles. “Nuestra metodología es reducir y controlar el tránsito rural, pero necesitamos de la denuncia de la gente para poder actuar”, remarcó Matos e incentivó a los presentes a que no tengan miedo y llamen a la Patrulla siempre que vean algo sospechoso.
Pero aquí emergió otra problemática para la gente de De La Canal, ya que no siempre en esas zonas alejadas se cuenta con buena señal telefónica para hacer la llamada de inmediato, incluso no todos disponen de wifi, entonces se limita el acceso a la comunicación con quienes deben acudir por cuestiones de seguridad. Incluso pasa lo mismo si los oficiales andan patrullando por lugares sin alcance de telefonía, por lo que reciben los mensajes a destiempo.
Además de esta circunstancia, los vecinos se han desmotivado con respecto a efectuar denuncias o reclamos por falta de respuestas en otro momento, o compromisos que no se cumplieron. En ese aspecto, las autoridades explicaron que están para prevenir el delito, pero quien tiene la facultad de detener a una persona o no es la Justicia. Pero lamentablemente, en el caso del robo de hacienda que es lo más frecuente, advirtieron que no todos los fiscales conocen qué es el abigeato y, de hecho, se ha pedido una fiscalía especializada pero no ha habido respuesta hasta el momento.
“No estamos acá por 13 vacas, sino para que no termine en algo mayor, no queremos que esto se desmadre”, aseveraron los pobladores de la estación.
Compromisos y pendientes
Luego del último hecho que ocurrió en localidad, la Patrulla Rural destinó un móvil exclusivamente para la zona y se comprometieron a poner otro más. En esta instancia, los que viven allí y conocen el lugar y sus movimientos sugirieron además el horario en que deberían realizar el patrullaje, lo que fue aceptado por la dependencia.
Con respecto al pedido de cámaras, David Tiffner contó que se está terminando un proyecto similar en María Ignacia y Gardey, sin embargo no pudo asegurar que harán lo mismo en De La Canal en el corto plazo porque el Centro de Monitoreo ha quedado chico y primero deben ampliarlo. De todas maneras, asumió que se ocupará de la implementación de videocámaras que en principio tengan la capacidad de grabar por un mes.
Asimismo, estudiará la posibilidad de adquirir una antena que posibilite la comunicación fluida por teléfonos celulares y la red de whatsapp. Mientras que se garantizó potenciar el trabajo de los efectivos rurales con la presencia de la Policía Local.
Por su parte, desde el Foro de Seguridad invitaron a los vecinos a participar activamente de las reuniones mensuales que realizan, con la intención de ver el avance de las gestiones y que adquieran visualización. Personalmente Alejandro Tiscornia se ofreció a ayudar con el seguimiento de las causas en Fiscalía.
Lo más grave dentro de los sucesos expuestos por la gente fue el reiterado acoso que sufren las menores que asisten a clases, fundamentalmente en los contraturnos de la siesta cuando en el pueblo “no hay ni un alma”. Siempre por parte de la misma persona. A pesar de las denuncias ejecutadas tanto en la Patrulla como en la Comisaría de la Mujer, un hombre sigue asistiendo y diciéndoles barbaridades a las chicas, que en muchos casos no se animan ni a contarles a sus padres. En este sentido, invitaron a todos los que sepan algo a fortalecer las denuncias de acoso en la Comisaria de La Mujer y no dejar de seguir el tema. Además, se propuso realizar charlas sobre acoso y violencia para toda la comunidad.
Por último, en manos de los habitantes del pueblo quedó la responsabilidad de crear un mapa georeferencial con todos los domicilios y establecimientos con sus correspondientes datos, para tener todos una mejor referencia, pero además compartirlo con la Patrulla que muchas veces no puede llegar a ciertos sitios por desconocimiento de la zona, resultando totalmente ineficaz para el desempeño.
“Tenemos que recuperar la confianza del vecino y para eso estamos acá, porque tenemos que hacer nuestro trabajo”, sostuvo Matos.