Continúa el desfile de testigos en la investigación por el presunto abuso a un niño en el Jardín 901
La madre de uno de los alumnos ratificó que su hija fue “contundente” al confirmar que el profesor de teatro habría ingresado al baño del jardín y sostuvo que en la Cámara Gesell la notó “temerosa”. Para hoy están previstas las declaraciones de otras tres personas vinculadas a la institución. En la indagatoria, el imputado expresó su “inocencia absoluta” y agregó que el hecho pudo suceder “otro día, con otro profesor”.
En sede judicial, continúan las declaraciones testimoniales en el marco de la investigación por el presunto abuso sexual a un niño de 4 años en el Jardín de Infantes 901. El lunes fue el turno de la madre de uno de los menores que se expresó en la Cámara Gesell, mientras que para mañana están previstas entrevistas a tres personas vinculadas a la actividad institucional.
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En tanto, permanece detenido Juan Martín Rosso, el profesor de teatro de 28 años, como imputado por “Abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización, agravado por ser cometido por una persona encargada de la educación”.
Vencido el plazo de 15 días desde la detención, el fiscal Juan Ignacio Calonge, a cargo de la UFIE en Violencia Institucional, ya solicitó la prórroga y tiene tiempo hasta el miércoles de la semana venidera para elevar al Juzgado de Garantías el pedido de prisión preventiva o desistir de la acusación.
A partir de la indagatoria, la investigación sumó nuevos testimonios tendientes a evacuar la cita de Rosso, quien insistió con la hipótesis de que otro profesor del Jardín 901 podría estar involucrado en el hecho.
“Contundente”
El último lunes dio su versión la madre de una niña que declaró como testigo en Cámara Gesell. La mujer, que acompañó a la menor durante la audiencia, reseñó que su hija no estuvo cómoda en esa situación, que la notó temerosa y callada, cuando generalmente es muy expresiva, como así también tensa, que no tuvo intenciones de explayarse sobre lo ocurrido y que la información que aportó no fue la misma que le había transmitido cuando tomaron conocimiento del hecho.
La madre agregó que cuando se enteraron, la niña fue “contundente” al confirmar que la persona que ingresó al baño fue Juan, uno de los profesores, y que le mostró una fotografía, entonces aseveró que él había entrado a los sanitarios.
Por otro lado, la testigo contó que luego de la Cámara Gesell conversó con la niña y le preguntó por qué no quiso contar lo que antes le había dicho al psicólogo, y le respondió que tenía miedo. Al mismo tiempo, dijo que en la audiencia su hija relató lo sucedido en el baño, pero no dio el nombre del profesor porque lo había olvidado.
La madre indicó que se enteró de lo ocurrido a través del grupo de Whatsapp del jardín y luego habló por teléfono con el padre de la presunta víctima, quien le pidió que le preguntara a la niña por los hechos debido a que la nombró entre el grupo que estaba en el baño. Entonces, cuando estaba dialogando con la menor, llegó al grupo de los papás una foto de profesor Juan que se la exhibió y le preguntó si era el profesor de teatro, a lo que la niña responde “que sí, que era Juan, pero que no es el profesor de gimnasia”.
Consultada por el motivo de la distinción entre el profesor de gimnasia, la niña manifestó que con ambos juegan con los aros. Así, la madre insistió para que le dijera qué docente había entrado al baño, y la niña respondió que había sido Juan.
Por último, la madre manifestó que no le había mostrado a la niña imagen alguna del profesor de gimnasia.
El profesor detenido clamó su
“inocencia absoluta” y pidió
que se “amplíe la investigación”
El lunes 21 de octubre por la tarde, cuando había viajado a dar clases en Olavarría, la policía detuvo a Juan Martín Rosso, el profesor de teatro imputado por el presunto abuso a un niño de 4 años en el baño del Jardín de Infantes 901. Al día siguiente, asistido por el defensor oficial Leonel Calles, prestó declaración indagatoria. Frente al fiscal José Ignacio Calonje, clamó su inocencia y reclamó abrir la línea de investigación en torno a otro docente de la institución.
En primer término, Rosso clamó su “inocencia absoluta en este hecho” y reiteró, como ya había adelantado en un comunicado, que nunca conoció ni ingresó a los baños del Jardín 901. Y agregó que en el momento en que ocurrió el abuso denunciado, siempre estuvo en el SUM y que ningún alumno fue al baño solo ni acompañado, al tiempo que citó como testigos a la maestra que estaba a cargo de la sala y un auxiliar, ocupadas en llenar un libro de actas, y a la preceptora que estaba adornando el salón.
Además, dijo que le llamaba “poderosamente” la atención y le resulta “extraño” que habiendo estado en una sola clase con la supuesta víctima, recuerde su nombre, cuando además en la denuncia realizada el autor aparece como NN y al día siguiente de la presentación en sede policial, “empieza a circular por los grupos de Whatsapp de los padres, mi nombre y mis fotos, lo que me hace presumir que mi nombre fue impuesto”.
En cuanto a esa situación, expresó que tomó conocimiento a través de su primo, quien manda a sus hijos al jardín en el turno mañana, quien le reenvió capturas de pantalla de los grupos de Whatsapp de los padres, “donde ya se ven claramente las contradicciones sobre qué profesor fue”.
En esa instancia, Rosso adjuntó unas 50 impresiones de capturas de pantalla para que fueran agregadas a la Instrucción Penal Preparatoria, tanto de Whatsapp como de la red social Facebook. Los últimos posteos están más vinculados al escrache que sufrió a posteriori del hecho denunciado públicamente. Además, aportó el primer mensaje que envió la madre de la presunta víctima, que se encuentra cortado, y solicitó que ante cualquier duda se cite a su primo para una declaración testimonial.
Por otra parte, expresó ante el fiscal que le parece importante saber qué sucedió realmente, teniendo en cuenta que el examen médico que se le hizo al niño no arrojó que tuviera lesiones, en contradicción con lo que dijo la madre que le contó su hijo.
Por otra parte, citó que en las dos Cámaras Gesell en las que estuvo presente, escuchó a una niña que claramente decía “lo que le dije a mamá es mentira”. Y que otro niño que se expresó con claridad, en la misma situación, le mostraron una foto suya y nombró a otro profesor del que aportó el nombre de pila, quien los habría retado con un chirlo o patada en la cola.
“Me parece que son pruebas claras para poder ampliar la investigación y que se aborden las otras hipótesis después de las declaraciones de los niños. Realmente me parece un gran acto de injusticia que sólo se esté escuchando la voz de los padres, que no entiendo el motivo de la acusación a mi persona, pero realmente me parece que la denuncia es muy grave y que se tiene que llegar al fondo, a la verdad”, expresó.
La asistencia
En respuesta a las preguntas del fiscal, Rosso afirmó que sintió que en las Cámaras Gesell los niños estaban diciendo la verdad y que tenía experiencia en el trabajo con niños de esa edad en una escuela de circo privada, donde pudo notar que son distintos tanto en cuanto a su desenvolvimiento como en sus capacidades expresivas.
Por otra parte, admitió el que lunes 1 de julio fue el único docente masculino que estuvo en el jardín e informó que él concurría los lunes y jueves, aunque señaló que podría haber sucedido “otro día, con otro profesor”. También asintió que el de docente gimnasia no estaba en la institución porque no coinciden los mismos días.
Por último, Rosso dijo que al terminar la actividad en el SUM, fue con el grupo y la docente a la sala, se despidió de los chicos y se dirigió a otra aula a continuar dando clases, ya que en nivel inicial no hay recreos.