Docentes de la Policía Local cuestionaron a la institución y señalaron “arbitrariedades”
Los formadores de la Policía Local manifestaron su preocupación por la desprotección institucional de los efectivos, a raíz de la muerte de dos agentes en el último tiempo. Señalaron que trabajan sometidos a medidas "tiranas". Esperan que intervengan las autoridades gubernamentales para revertir la situación.
Un grupo de docentes de la Escuela de Policía de Prevención Local se pronunció públicamente con respecto al reciente fallecimiento de la oficial Sofía Aparicio, acontecido en trágicas circunstancias. También se recordó el caso del joven Lucas Pérez Cordero, de similares características, ocurrido el año pasado.
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Los profesionales manifestaron su preocupación por la situación que atraviesan sus exalumnos -actualmente oficiales de esa fuerza de seguridad- al exponer que padecen la arbitrariedad de sus superiores, entre otros cuestionamientos a la institución policial.
En el texto publicado – una contundente crítica al sistema y su funcionamiento-, se expresa que “ambos decidieron terminar con sus vidas, y sin perjuicio de los motivos personales que pudieron llevar a ambos a ese drástico final, creemos con firmeza que existen serias fallas en la institución; una institución que somete a la arbitrariedad y tiranía cotidiana a quienes trabajan con honor en ella. Es que, cuanto menos, la institución no se ha ocupado de quienes otorgan gran parte de su vida a proteger a la comunidad; debió contenerlos, debió cuidarlos”.
“Nosotros dimos nuestro mejor esfuerzo para formarlos, y queremos que todos nuestros estudiantes sepan que nos duele profundamente esta situación. Nos duele Lucas, nos duele Sofía. Pero también nos duele el presente de muchos que día a día se encuentran con los más diversos obstáculos que impiden lograr el propósito de conseguir una nueva policía; una nueva institución que respete los derechos humanos, que comprenda que el bien común debe estar por encima de cualquier tipo de prerrogativa que pueda otorgar la autoridad; que, en todo caso, ser autoridad otorga más responsabilidades que privilegios. Y que esa policía tiene un rol importantísimo en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, y que esa finalidad no debe ser negociable”, apunta la carta.
Y señala: “Todos nuestros exestudiantes deben saber que siempre que su lucha sea por la justicia y el bien común, en nosotros encontrarán los mejores aliados. ¡No pierdan las esperanzas! Por Lucas, por Sofía. Y por todas aquellas víctimas de este sistema injusto y opresor”.
El escrito se remata con una cita del pedagogo brasileño Paulo Freire y está firmado por Facundo Achaga, Gisela Denisio, Valeria Chiaradía, Víctor Frijon, Claudio Folgueiro, Marita Lloret, Gabriela Marti, Fabio Molinero, Marcela Scaruzzi, Alicia Trucchi y Rocío Rezola.
Régimen tirano
Los abogados Facundo Achaga, Marita Lloret y Gabriela Marti, quienes se desempeñaron como docentes en la etapa de formación de los jóvenes agentes, dialogaron con El Eco de Tandil y exhibieron su consternación por la seguidilla de muertes y la falta de contención imperantes.
“Los dos fueron grandes estudiantes y jamás pensamos que este podía llegar a ser el final, una forma de colaborar nos pareció esta carta abierta dirigida a la comunidad de Tandil para visibilizar el asunto. Más allá de los problemas personales que pudieran llegar a tener para tomar esta decisión, trabajan sometidos a medidas tiranas”, puntualizó Achaga.
Los instructores y quienes llevaron adelante la educación de los oficiales locales lo hicieron, según expresaron, con la convicción de formar una fuerza policial distinta, alejada de la tan criticada policía bonaerense, envuelta habitualmente en casos de corrupción, abuso de poder, gatillo fácil y violencia. En el afán de querer revertir esa noción, es que intentaron forjar los lineamientos para lograr una institución más humana, en contacto con la comunidad, capaz de ayudar a resolver los problemas de los vecinos. Pero en la práctica, los exdocentes evalúan que no fue así y que el mismo sistema impide que la posibilidad de “otra policía” prospere.
Intervención de las autoridades
La Policía de Prevención Local tiene 235 efectivos y depende del Municipio de Tandil, coordinada por la Secretaría de Protección Ciudadana cuyo titular es Atilio Della Maggiora, quien evitó hacer declaraciones sobre el tema.
Los profesionales interpelaron a la figura del intendente Miguel Lunghi para que adopte un papel activo en el asunto y al nuevo gobierno provincial que asumirá a partir de la semana que viene, para que intervengan en forma directa en pos de modificar el contexto “nocivo” en el que trabajan todos los días los agentes. La fuerza ni siquiera cuenta con un equipo de orientación psicológica para contener a los trabajadores.
“Hay una situación de arbitrariedad que resulta a nuestro juicio manifiesta; he tenido consultas de quienes se desempeñan en la fuerza porque hay sanciones injustas que aplican los jefes de la policía local en forma directa y eso repercute en el salario”, graficó el letrado.
A su criterio, estas circunstancias contribuyen a profundizar y complejizar cualquier otra crisis personal. “Hay un trato deshumano desde los jefes hacia los oficiales. Creemos que las autoridades tienen que intervenir”, refirió.
“Que no vuelva a pasar”
Marita Lloret es docente de la Unicen y ejerció como coordinadora académica de la unidad educativa que se montó en 2015, y se lamentó por el cambio de norte de la fuerza de seguridad con respecto a lo que fue la instancia de formación y los valores inculcados.
“Algo que yo bajaba como línea era la formación. Que se tratase de chicos que tuviesen una visión de humanidad con la idea de romper con la vieja policía. Todos la hemos padecido, por eso queríamos una fuerza sustanciada con el bien común”, aseveró, y puso el foco en un autoritarismo creciente que no hay que dejar que se replique.
Por último, Gabriela Marti hizo hincapié en la responsabilidad que tiene la institución policial de acompañar a sus trabajadores y también aludió al jefe comunal, como máxima autoridad de la ciudad y responsable también del Comando de Prevención Local.
“Cuando me despedí les dije que se cuidaran, yo no esperaba que estas criaturas terminen su vida así. Esto no tiene que volver a pasar. La institución tiene que estar a la altura de la circunstancia, esos agentes nos cuidan. Acudan a ellos con tranquilidad, porque puedo asegurar que más allá de las vicisitudes son excelentes personas, pero no puede volver a pasar esto”, sentenció.
Una fuerza en cuestionamiento
En 2018, a partir del desprendimiento en distintas comunas de la Policía Local -cuyos efectivos fueron fusionados con la Policía Bonaerense-, el Estado municipal afirmó su decisión de mantener esa fuerza de seguridad y salió a respaldar el modelo de policía de proximidad en la calle.
En agosto del año pasado, a raíz de una investigación que lleva adelante el departamento de Asuntos Internos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, se adoptó una medida cautelar que apartó provisoriamente del cargo al comisario Mariano Giménez, responsable entonces de la Policía Local, quien fue reemplazado por el subcomisario Sergio Peckerley.
La investigación se produjo en el marco del fallecimiento del miembro de la Policía Local Lucas Pérez Cordero y su padre, el periodista Daniel Pérez. El joven se había encerrado en su habitación con la idea de ponerle punto final a su vida, y su padre salió desesperado en el intento de impedir la drástica decisión. Un disparo acabó con la vida de ambos.
En el caso de Sofía Aparicio, la mujer de 31 años e integrante también de la fuerza decidió acabar con su vida disparándose con su arma reglamentaria en su domicilio. Se hallaba en uso de licencia con carpeta médica pero aún portaba su arma.