Entre la credibilidad o la visión sesgada de los denunciantes, se resolverá la suerte procesal del profesor de teatro acusado de abuso en el jardín
Ayer se escucharon los alegatos de las partes en torno al juicio contra Juan Rosso, el docente de teatro imputado por abuso sexual en el Jardín de infantes 901. Para el fiscal, se acreditó el hecho como la responsabilidad del profesor y pidió que se lo condene a 9 años de prisión. El particular damnificado fue por más pena y solicitó la sanción máxima que contempla el Código. La defensa alegó la inocencia, no sin antes criticar el accionar de los actores judiciales que intervinieron en el caso que llegó al debate.
Ya todo se había visto y oído. Nada quedó por decir a los acusadores y la defensa con sus convicciones e intereses a cuestas. Ahora solo les resta aguardar que hará ese trío sobrio y adusto que integra el Tribunal. Cuál será su veredicto a ventilarse el martes venidero. Habrá que aguardar otra semana más para conocer los argumentos de dicha sentencia.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAsí, en el epílogo del nuevo capítulo judicial en torno al presunto abuso sexual en el Jardín de infantes 901, se denotaría cual desahogo de aquellos que fueron protagonistas directos e indirectos de un drama que enfrentó a dos familias y llevó el entuerto incluso más allá de las fronteras de la intimidad que suelen tener estos delitos contra la integridad sexual, con una opinión pública también atenta y dividida por el devenir de la suerte procesal.
Presuntas víctimas y victimarios surcados por un peregrinar forjado en un expediente judicial que demandó tres años y por estos días, estas horas, conocerá un desenlace que, claramente, no dejará conforme a una de las partes, y tal vez a ninguno, por los alcances que tuvo el suceso y sus repercusiones.