Ladrones ingresaron armados a un hotel céntrico, maniataron al personal y se llevaron la recaudación
Engañaron al conserje haciéndose pasar por clientes para darse paso al lugar. Lo redujeron y amordazaron junto al encargado hasta recorrer todo el espacio, y llegar incluso hasta la casa del dueño. Se llevaron la recaudación, rompieron puertas y escaparon. Un sector castigado por la pandemia, que con esfuerzo trata de salir adelante.
En la madrugada de este jueves, alrededor de las 2, un hombre tocó el timbre del Hotel Kaiku, ubicado en Mitre al 900, haciéndose pasar por un pasajero que buscaba hospedaje, cuando el guardia de seguridad de turno lo recibió y abrió la puerta ingresaron de prepo otras personas más y lo amedrentaron.
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A partir de allí se desató una situación de revuelo y violencia, donde los ladrones armados insistían en conseguir “toda la plata”, aunque no sabían bien dónde buscar. Revisaron la caja y revolvieron otros posibles lugares para guardar dinero, recorrieron el lugar y generaron algunos daños materiales en distintos espacios, hasta que llegaron a la casa del dueño que se comunica internamente con el hotel, donde estaba el encargado.
El mismo no había escuchado el alboroto hasta que se acercaron más a su puerta, desde donde pudo vislumbrar a los sujetos. Generando ruido y amenazas intentó espantarlos, pero por el contrario se acercaron a él.
Tanto el sereno como el responsable del lugar fueron reducidos, atados de pies y manos y puestos boca abajo, además de recibir un golpe (“culatazo”) en la cabeza cada uno.
Los malvivientes, finalmente se alzaron con la recaudación que tenía al momento la caja del hotel, que estaba destinada al pago de cuentas y otros compromisos, además rompieron dos puertas y algunos elementos más, que significarán una inversión extra para la administración.
La liberación
El guardia, que ya había percibido que una de las sogas en sus muñecas estaba floja, esperó a que se fueran los atacantes y asegurarse de que no quedaba nadie para desatar sus manos y así liberar al encargado. Inmediatamente hicieron la denuncia correspondiente.
Según dijeron, la Policía llegó enseguida, así como el Jefe de Cuadra, y luego se hizo presente la Científica. Las víctimas no pudieron precisar si eran cuatro o cincos los hombres, pero sí estimaron que todo el periplo habrá durado unos 45 minutos, que se hicieron eternos.
Además, cuando el silencio se adueñó del espacio, escucharon un auto ponerse en marcha y acelerar forzando el motor. No están seguros, pero podrían haber sido los ladrones.
La causa quedó asentada en la Fiscalía 8 a cargo de Gustavo Morey, desde donde trabajan en conseguir las imágenes de las cámaras de comercios y edificios de alrededor para conseguir datos que los acerque a los delincuentes.
Estar vivos
Una vez avanzadas las cuestiones burocráticas y con el dueño del hotel en el lugar, el encargado y el conserje se dirigieron a la guardia del nosocomio local para realizarse las curaciones pertinentes en los cortes, que afortunadamente no fueron de gravedad.
Aunque prefirieron no develar sus nombres, contaron que lo vivido fue “horrible”, de una impotencia indescriptible.
No es la primera vez que dicho hospedaje sufre de este tipo de inseguridad, de hecho hace unos dos meses atrás también sufrieron la vulneración de una de las ventanas y luego de revolver el espacio le sustrajeron una computadora personal.
“Encima de todo, tenemos que agradecer estar vivos”, plantearon, consignando que los delincuentes hacen lo que quieren y se salen con la suya. Afortunadamente, ninguno de los albergados tomó conocimiento del hecho mientras sucedía ni tuvo que padecer la angustia de la inseguridad.
Angustia e impotencia
El dueño del establecimiento fue enterado del hecho y enseguida se dirigió al lugar, mostró su impotencia, angustia y desazón. Tras un año que resultó sumamente difícil para el sector, con inactividad total por varios meses, pero con cuentas y compromisos a seguir solventando, aseguraron que este hecho los damnificó mucho.
Hace poco que el turismo comenzó a reactivarse y con capacidades reducidas, por lo todo sigue siendo un esfuerzo. Si bien no precisaron el monto que se llevaron de motín, advirtieron que era para “cosas que tenían que pagar” y ahora ese dinero tiene que volver a recaudarse.
Con desasosiego aseguró que estas cuestiones lo desmoralizan, que trabajan muy arduamente para poder revertir la situación que se desprendió a raíz de la pandemia y esto hace que se vuelva aún más cuesta arriba.