Ni Una Menos: Ocho femicidios que conmovieron a Tandil
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Pasa en Argentina.
Pasa en Tandil.
Esta es la vida ahora.
¿Esta es la vida ahora?
Gilda se despertó, encendió la hornalla, quizás tomó un mate calentito para paliar el frío del otoño en Tandil, sin saber que sería el último día de su vida.
Verónica fue a cenar con su ex pareja, una noche distendida y relajada que la hizo pensar en una posible reconciliación hasta que él le disparó un tiro en la cabeza.
Adriana volvió de trabajar una tarde fría y se encontró con su ex pareja para hablar. La apuñaló 19 veces.
Delfa fue a parir a su noveno hijo y nueve días después falleció, víctima de las heridas internas provocados por los golpes que le prodigaba el padre de sus hijos.
Verónica estaba en su casa, era una noche de verano, cuando su ex pareja se presentó para apuñalarla.
Romina desapareció repentinamente y su cuerpo fue hallado días después.
Fanny estaba en la casa de su hermano cuando fue atacada por su expareja frente a los hijos de ambos. Intentó escapar pero fue alcanzada por un arma de fuego que le propinó la muerte.
Ailín volvió a su departamento una madrugada y al entrar al baño fue sorprendida por su exnovio, quien la acuchilló como en una escena de película de terror.
Gilda. Verónica. Adriana. Delfa. Verónica. Romina. Fanny. Ailín. Ellas son, triste y rabiosamente, ocho casos paradigmáticos de mujeres asesinadas en Tandil. Sus casos conmovieron a la opinión pública. Pero hay otras. Según el registro del Municipio hay 14 víctimas de femicidio en la ciudad. Otras mujeres víctimas de la violencia machista en una sociedad que posibilita estos crímenes.
Según las estadísticas del “Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano”, coordinado por La Asociación Civil La Casa del Encuentro, entidad que lleva el registro de femicidios en nuestro país, durante 2008 mataron a 208 mujeres. En 2017 esa cifra aumentó a 295, alcanzando su pico igual que en 2013.
A medida que crece la autonomía de las mujeres para decidir sobre sus vidas aparece el corte desde la violencia machista, que la hace el individuo pero es la sociedad la que dice que hay que seguir disciplinando a las mujeres.
Los diez años de concientización y trabajo han servido para que las mujeres se empoderen y salgan a las calles, este 3 de junio y siempre, a gritar “Ni una menos, vivas y libres nos queremos”, para ya nunca más tener miedo.
Los casos que conmovieron a Tandil
Gilda Mansilla
Gilda tenía 29 años y su cuerpo fue hallado en mayo de 1996 en un paraje denominado Molino Viejo, sobre la calle Buenos Aires, a unos 3.000 metros de la ruta nacional 226. El crimen estuvo 4 años impune hasta que un jefe de policía que llegó a Tandil decidió reabrir la causa.
Durante esos años sin respuestas, los familiares y amigos de Gilda hacían marchas del silencio por las calles de Tandil para pedir el esclarecimiento del brutal femicidio (en esa época no existía la tipificación como tal en el Código Penal y la carátula era la de Homicidio Simple) que sacudió a la sociedad e irrumpió como una evidencia de que sucesos de esa índole podían ocurrir aún en una ciudad tranquila del interior del país.
Los magistrados consideraron demostrado que Juan de Dios Ramírez fue la persona que mató a su pareja, Gilda Cristina Mansilla, entre la noche del 10 de mayo de 1996 y la del día siguiente. Lo condenaron a nueve años de prisión en 2000.
A lo largo del juicio quedó acreditado que en aquella oportunidad, al menos una persona de sexo masculino, había inferido a la víctima con un objeto contundente un golpe en la región temporal izquierda y parte de la frente. Las heridas provocaron una fuerte hemorragia que derivó en daños cerebrales y finalmente en la muerte de la mujer.
De acuerdo con los argumentos dados por el tribunal, la presencia de manchas de un producto químico en las prendas de la víctima, que correspondían a los utilizados en el lugar donde trabajaba el acusado, fueron el elemento clave que permitió resolver el crimen.
Juan de Dios Ramírez cumplió condena y se encuentra actualmente en libertad.
Verónica Vázquez
Fue asesinada el 8 de septiembre de 1999 por su expareja, Miguel Ángel Benítez, que era cabo de la Policía Bonaerense. Cuando Verónica iba a denunciarlo, desde la Comisaría lo llamaban y le avisaban que estaba su mujer denunciándolo, diciendo que las cosas de pareja se solucionan en su casa, no en la Comisaría.
Según relató al portal ABC Hoy su hermana, Mava Vázquez, responsable de la ONG “Fortaleza de Mujer” -espacio impulsado por estas trágicas circunstancias-, “en un momento, mi hermana lo dejó y se vino a mi casa. Me costó muchísimo hacer que tomara esa decisión. Fue casi una negociación. El tema es que durante meses, él la persiguió todo el tiempo, iba cien veces por día a mi casa, lloraba, les lloraba a mis padres. Hasta que en un momento, Verónica me cuenta que se estaban empezando a ver otra vez. Le pedí que tuviera cuidado. Pero un día la invitó a cenar para ver si podían reacomodar la relación. Fueron a cenar, normalmente. Y cuando volvieron al departamento en el que ellos estaban viviendo, él le pegó un tiro en la cabeza. Sin discusión ni nada. Fue completamente premeditado”.
El femicida fue condenado a 18 años de prisión pero lo beneficiaron con el 2×1. Por buena conducta, le redujeron la pena a 6 años.
Miguel Ángel Benítez se encuentra actualmente en libertad.
Adriana Bardelli
El 26 de junio de 2002, la ciudad quedó perpleja ante un caso parecido que involucró a una pareja que se había separado recientemente. Fue uno de los tantos hechos que quedaron latentes en la memoria de esta comunidad.
Omar Arabí, de 42 años, eligió esa tarde para intentar hablar con su ex mujer Adriana Bardelli, de 27 años. Después de trabajar, ambos se encontraron en la vivienda de Muñiz 1937, donde la mujer encontró la muerte.
Arabí y su exesposa discutieron en una de las habitaciones de la casa de la hermana del hombre. Otras cuatro personas que estaban en el domicilio escucharon fuertes gritos y entraron al cuarto, pero nada pudieron hacer.
Arabí, sobre quien pesaban denuncias de la víctima por maltrato, le aplicó a su ex esposa 19 puñaladas y abandonó la casa. Tres horas después, la policía descubrió que el victimario se había suicidado tirándose al paso de un camión de hacienda, en el kilómetro 162 de la Ruta 226.
Delfa Molina
El femicidio de Delfa Molina fue uno de los casos más paradigmáticos del 2007, tanto por sus características como por la insólita resolución de la Justicia, que entendió que “no había mérito” para detener a su esposo, Claudio Sáenz, por la muerte de Delfa, a pesar de que durante más de 10 años la golpeó a ella y a sus hijos e hijas.
Tenía 33 años y murió en el hospital Ramón Santamarina de Tandil luego de parir a su noveno hijo. Los médicos que realizaron la cesárea observaron un hematoma en su hígado. Claudio Marcelo Sáenz, su concubino y padre de sus hijos fue detenido por orden del juez José Alberto Moragas, imputado de golpear reiteradas veces a su mujer y porque según la Justicia, en ese momento, “provocó lesiones gravísimas que motivaron su internación”.
Delfa había denunciado a su marido en reiteradas oportunidades, el abuso de una de sus hijas fue el desencadenante. Su madre, quien quedó al cuidado de los nueve pequeños tras la muerte de Delfa, denunció inacción del sistema judicial, la policía y el Municipio de Tandil por no haber evitado la muerte de su hija.
La Justicia de Tandil determinó que no había mérito para que Claudio Saenz permanezca detrás de las rejas.
Verónica Pérez
A media mañana del 11 de enero de 2009 llegó a la casa la ex pareja de la joven, Leonardo Nahuel Bilbao, de 24 años, y comenzaron a discutir por la tenencia de la hija de ambos. Ella tenía una denuncia hecha en la Comisaría de la Mujer cuando él la echó de la casa y se quedó con la niña.
En esas circunstancias, según la pesquisa, Bilbao agarró un cuchillo de la cocina y apuñaló en el abdomen a Pérez, quien cayó al suelo herida. La mujer fue trasladada al hospital Ramón Santamarina en ambulancia, mientras que Bilbao se entregó en la seccional de la zona. Pero como Pérez estaba herida, el hombre fue dejado en libertad, hasta que a las pocas horas Verónica murió y el acusado fue detenido por homicidio. Lo condenaron a 11 años y medio de prisión.
Bilbao se encuentra actualmente en libertad.
Romina Anastacio Prituluk
Romina Anastacio Prituluk, de 33 años, fue vista por última vez el 20 de mayo de 2013. La presentación en la comisaría la realizó su ex esposo, Enrique Flores, dos días después. A partir de allí se inició una investigación a cargo de la fiscalía de turno.
Mientras se cumplían con una serie de diligencias, el 24 de mayo se halló el cadáver de la mujer en un descampado de la zona del Aeroclub y todas las sospechas recayeron en su ex pareja.
Una vez confirmada la orden de aprehensión, la policía fue a buscarlo al inmueble y se topó con que el hombre, quien estaba con el hijo de la pareja de dos años, se había ahorcado.
Fanny Pollak
Fanny Pollak, con quien el femicida Martín Zárate tuvo 15 años de unión matrimonial y cuatro hijos en común, fue atacada por él en el domicilio de Paseo de los Niños 2072, lugar de residencia del hermano de la víctima, Mario Miguel Pollak, entre los últimos minutos de la medianoche del 8 de abril de 2015 y los primeros del día siguiente.
Zárate persiguió a su concubina, la atacó a puñetazos y puntapiés en distintas partes del cuerpo, mientras la insultaba y le anunciaba que la mataría. Los golpes cesaron debido a que intervino Mario Miguel Pollak, quien salió en defensa de su hermana.
Cuando logró recomponerse, Fanny tomó su motocicleta de tiro, hizo subir a sus hijos en el rodado e intentó ingresar al interior de la casa por la puerta lateral que accedía a la cocina de la vivienda. En ese momento, Martín Zárate, luego de haber ido a buscar una carabina calibre 22 al Peugeot 306 en que había llegado, corrió hacia donde estaba su exmujer -quien pugnaba por ingresar la moto en el umbral de la puerta- y desde una distancia de aproximadamente 10 centímetros del cuerpo, le apuntó sobre la espalda y le disparó, provocándole laceración de pulmón izquierdo y lesiones de grandes vasos que le generaron una hemorragia aguda severa que derivaron en la muerte.
El Tribunal Oral Criminal 1 de Tandil condenó en 2016 con la pena de prisión perpetua a Martín Alberto Zárate por el femicidio de su exmujer Mirta Fanny Pollak.
Ailín Torres
“Alrededor de las 3.30 de la madrugada ingresó un llamado al Servicio de Emergencias 101, advirtiendo que había una persona femenina con lesiones graves, en un departamento interno de calle 4 de Abril al 500”, precisó el Crio. Carlos Yánez en esa ocasión, durante las primeras del 11 de noviembre de 2017.
De acuerdo a la información obtenida, la joven y su novio habían regresado de una fiesta y ella se dirigió al baño, donde fue sorprendida por Damián Gómez, su exnovio, quien se encontraba escondido detrás de la cortina de la ducha. Allí, la tomó del cuello y la asesinó a cuchillazos. Los gritos de la víctima alertaron a su pareja, quien fue hasta el baño, abrió la puerta y vio cómo el agresor la atacaba. Automáticamente, salió del departamento en busca de su arma reglamentaria, a la vez que solicitó ayuda a la policía, vía comunicación telefónica.
El femicida fue aprehendido y trasladado al Hospital Municipal Ramón Santamarina, bajo custodia policial, donde recibió las primeras intervenciones y fue dado de alta. De allí, fue alojado en la comisaría Primera, donde quedó detenido y puesto a disposición de la Justicia.
Gómez se encuentra detenido.
Víctimas de violencia de género, ¿dónde pedir ayuda?
Denuncias las 24 horas los 365 días del año al 144.
En Tandil también podés dirigirte a la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual del Municipio. La oficina funciona en Arana 1129. Teléfono: 0249 424-9126.
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